Las reacciones de Messi en la remontada del Barcelona al Sevilla: el festejo más alocado y abrazo con Koeman y Piqué
Lionel Messi volvió a sonreír. Por primera vez en el año, al capitán del Barcelona se lo vio feliz adentro de una cancha en lo que fue una noche épica del conjunto azulgrana que revirtió un 0-2 ante el Sevilla con un gol sobre la hora y se clasificó a la final de la Copa del Rey.
Desde el arranque del encuentro, el Diez estuvo concentrado y decidido a conseguir la hazaña, algo que quedó en evidencia en dos jugadas puntuales que nada tuvieron que ver con sus habituales acciones. Ambas fueron contra su compatriota Marcos Acuña, una al cometerle una infracción y otra al quitarle lícitamente una pelota en su zona del campo, situación que no es habitual. Es que el rosarino estuvo comprometido con la marca y muy activo en ataque, aunque no como definidor, sino como armador.
Por ese motivo no tuvo muchas oportunidades de marcar, salvo en algún tiro libre y en una apilada por izquierda que justamente Acuña rechazó sobre la línea. En el juego se asoció mucho con Pedri, a quien ya han bautizado como el sucesor de Xavi Hernández, y con Ousmane Dembélé, aunque éste volvió a estar errático.
El Barcelona jugó su mejor partido de la era Koeman y pese a eso en los 90 minutos apenas ganaba 1-0. Sin embargo apareció Gerard Piqué a los 94 para de cabeza establecer el 2 a 0 y estirar la definición al alargue, tras el 0-2 sufrido en el compromiso de ida. Las cámaras captaron como Messi, quien había lanzado un tiro de esquina desde la derecha, gritó con locura el tanto que llegó porque Griezmann recuperó el balón por la izquierda y lo volvió a tirar al área para que cabeceé el defensor central.
La imagen de Messi agitando su puño con desahogo se viralizó de inmediato y denotó las ganas que tenía de ganar este encuentro. Compromiso que quedó demostrado también en el tiempo extra, cuando gestionó varios de los ataques que culminaron Trincao y Martin Braithwaite, sin demasiada suerte.
Luego del 3 a 0, cuando el árbitro pitó el final, fue uno de los primeros en buscar a sus compañeros para formar un abrazo grupal que saltó y gritó durante algunos segundos, en una muestra de la importancia que tenía este partido. Como si esto no fuera suficiente, La Pulga se abrazó también con el entrenador Ronald Koeman, uno de los apuntados por el bajo nivel de juego que suele mostrar el equipo.
La euforia, la sonrisa y los abrazos ilusionaron de inmediato a los culés que aguardan por la decisión que tomará su capitán. Es que el vínculo del argentino termina a final de la corriente campaña y él ha dicho que esperará a las elecciones presidenciales de este domingo para reunirse con el ganador y analizar el proyecto deportivo que llevará adelante. Lo cierto es que una eliminación este miércoles podría haber sido otro motivo para sellar su salida y buscar ambición y gloria en otros clubes como el PSG o el Manchester City, pero tras la hazaña lograda, quién puede asegurar que eso sucederá.
Los próximos días serán cruciales para el futuro del club que elije a su siguiente mandamás. Este horizonte que se avecina ahora se observa con otro tono: el de la victoria y la esperanza.
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