Bajo la consigna “Intervención por la Democracia: Negacionismo Nunca Más”, militantes de Derechos Humanos se reunieron frente a la Brigada de Monte XII en Posadas (ubicada en San Martín casi Colón).
El objetivo fue pintar otra vez los pañuelos de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que fueron cubiertos por los militares el pasado lunes y reemplazados por una serie de escarapelas.
El evento también incluyó la lectura de un documento colectivo en repudio a las acciones de la Brigada, además de la mencionada intervención.
Antes de cubrir los pañuelos, la Brigada de Monte XII había sido ya el centro de otra polémica al organizar un homenaje al represor Horacio Losito, que tuvo lugar en Apóstoles meses atrás. Durante la dictadura, militantes como Pedro Peczak, dirigente del Movimiento Agrario Misionero (MAM), fueron torturados y asesinados bajo las órdenes de la Brigada.
El oscuro pasado de la Brigada de Monte XII
Durante la dictadura, esa unidad de combate torturó y fusiló a Pedro Peczak, dirigente del Movimiento Agrario Misionero (MAM), y Susana Beatriz Ferreyra, docente y asesora del MAM, entre otros muchos más. A pesar de que el establecimiento ubicado en el centro de Posadas no existía en ese entonces, sí representa a una Brigada que participó activamente en el cumplimiento de los objetivos de la dictadura y allí la razón de los pañuelos.
Graciela Franzen, militante misionera de los Derechos Humanos, presa durante la dictadura y familiar de desaparecidos, ofreció una mirada personal sobre la situación. “Ahí están las máximas autoridades del Ejército en Misiones”, afirmó en diálogo con Misiones Online. Es la Brigada, también, la que acoge a las autoridades que hace poco autorizaron el homenaje al represor Horacio Losito.
Este homenaje, que semanas atrás causó otro revuelo nacional, fue realizado en el Regimiento de Infantería de Monte 30 de Apóstoles, donde Losito fue recibido con bombos y platillos después de ser liberado por el Gobierno nacional de Javier Milei.
Losito estuvo involucrado en la masacre de Margarita Belén, en el levantamiento de los carapintadas — producido luego de la restauración democrática — y en actividades ilegales dentro del Centro Clandestino de Detención Regimiento 9 de Corrientes, entre otros actos similares. También fue compañero de armas de Eduardo Marcelo Villarruel, el padre de la actual vicepresidenta, durante la Guerra de Malvinas. En 2009, recibió una condena a cadena perpetua, a la que le sucedieron varias otras producto de su amplio prontuario represivo. Las pruebas remitidas en su contra eran demasiadas, y la decisión de los tribunales fue contundente.
Fuente: Misiones Online.