Siempre me resultó muy grato encontrarme con Adrián Otero, el cantante de Memphis. Quizá porque teníamos en común lo de las veredas conocidas, la esquina, la música y el fútbol.
Una vez lo entrevisté en un bar de La Boca, frente al Riachuelo, para un programa de TV que hacía, y como si fuéramos viejo amigos me contó que acaba de dejar su barrio natal, Mataderos, para instalarse no muy lejos, en Versalles, cerca de San Cayetano y a un paso de la cancha de Vélez, el club del cual era hincha perro.
La conversación es ésta:
Nacido en junio de 1958 en Buenos Aires, Otero murió en junio de 2012 en un accidente automovilístico cuando iba a la localidad cordobesa de San Marcos Sierra que había elegido para instalarse.
Tenía 53 años.