Según el último informe de IERAL de la Fundación Mediterránea, por turismo saldrían más dólares de los que los que ingresarían al país.
A lo largo de la historia, el flujo de dólares por turismo emisivo ha superado al ingreso por turismo receptivo, aunque la magnitud de esta discrepancia varía según las condiciones de competitividad.
Cuando la competitividad cambiaria resulta desfavorable para el turismo nacional, la proporción entre los residentes que viajan al extranjero y los no residentes que visitan el país puede llegar a ser de 2 a 1. Aunque actualmente no se observan niveles tan extremos de desbalance, hay una tendencia clara de deterioro mensual.
En los últimos tres meses, la relación entre el turismo emisivo y el receptivo aéreo se situó en 1,37, acercándose a las cifras de 2019, año en el que el déficit turístico fue de 2.600 millones de dólares.
En ese mismo año, el turismo emisivo generó una salida de 7.850 millones de dólares. Esta diferencia en la balanza de dólares representa una demanda neta adicional que afecta el balance de pagos, un aspecto crucial en un año donde el gobierno busca mejorar la situación del banco central, lo que genera preocupaciones. Además, un desbalance mayor impacta negativamente en el rendimiento de los sectores productivos vinculados a la cadena de valor del turismo.
Durante el primer semestre, el turismo emisivo requirió 3.900 millones de dólares, resultando en un saldo negativo de 1.400 millones tras considerar los ingresos por turismo receptivo.
Según las proyecciones, la demanda total de dólares por turismo emisivo podría alcanzar los 7.500 millones, con un saldo neto de 2.700 millones (ingresos receptivos en torno a 4.800 millones), de acuerdo con estimaciones preliminares.
De cara a la eliminación del impuesto PAIS en 2025, que actualmente encarece las transacciones con tarjeta en el exterior, y considerando que el desbalance suele ser más pronunciado en el primer trimestre, junto con el esperado comportamiento del tipo de cambio, es probable que el desbalance se agrave, especialmente en el próximo verano.
Un indicador que puede anticipar estas tendencias es el aumento en las búsquedas en internet relacionadas con opciones de turismo elegidas por los argentinos. En septiembre, las búsquedas vinculadas al turismo emisivo crecieron un 54% interanual, mientras que las del turismo interno disminuyeron un 15%, mostrando un renovado interés por destinos internacionales a expensas del turismo local.
Dado que el sector turístico representa aproximadamente el 7% del empleo privado en Argentina y que se ha registrado una pérdida acumulada del 2,2% en puestos de trabajo desde diciembre pasado, se encienden alertas sobre la productividad para los próximos meses.
Si el tipo de cambio no mejora la competitividad y favorece el turismo emisivo en detrimento del interno y receptivo, será esencial implementar reducciones de costos a través de reformas regulatorias o fiscales que permitan restaurar la competitividad.