Este domingo el jefe del organismo de vigilancia nuclear de las Naciones Unidas (ONU), Rafael Grossi, confirmó que viajará a Irán en los próximos días para mantener conversaciones sobre el programa nuclear que lleva adelante el país.
La visita tiene lugar cuando recrudece el conflicto entre Hamas e Israel y resurge la incertidumbre cifrada en cómo se moverá en estos temas el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Grossi, tendrá reuniones de alto nivel con el Gobierno de Irán y sostendrá discusiones técnicas sobre los aspectos rubricados en la declaración conjunta acordada con Irán en marzo de 2023.
Dicha declaración incluyó un compromiso de Irán para resolver cuestiones en sitios donde los inspectores tienen preguntas sobre posibles actividades nucleares no declaradas, y permitir al OIEA “implementar actividades de verificación y monitoreo adicionales apropiadas”.
Las reuniones en Teherán se basarán en las discusiones de Grossi con el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, según un comunicado del OIEA.
Según Grossi, Teherán tiene suficiente uranio enriquecido a niveles cercanos al grado de armas para fabricar “varias” bombas nucleares.
El acuerdo nuclear de Irán de 2015 con las potencias occidentales limitó su programa en la materia: los gobiernos de Occidente aún temen que pueda ser utilizado para fabricar armas nucleares, aunque Teherán insiste en que es solo para fines pacíficos.
El programa había naufragado luego de que Trump, durante su primera presidencia, retiró a Estados Unidos del acuerdo en 2018, llevando a Irán a abandonar todos los límites que el acuerdo había establecido.