“No tengo dudas que hubo una mano asesina. Necesito saber quién mató a esos niños", dijo la ex encargada de Seguridad del Paciente del Hospital Neonatal, Adriana Luisa Moralez, en una declaración de cinco horas en la Cámara en lo Criminal y Correccional de 7° Nominación.
La exfuncionaria está acusada por el fiscal Raúl Garzón de encubrimiento agravado y omisión de los deberes de funcionario público. La hipótesis que la llevó a sentarse entre los acusados es que se cree que no denunciar lo que ocurría en el nosocomio de barrio La France.
Moralez evitó apuntar de forma taxativa contra la enfermera Brenda Agüero aunque señaló que tenía una especial cualidad para anticiparse a la descompostura de los recién nacidos pese a no tener síntomas.
“Yo no sé si fue o no Brenda, pero no puedo dejar de pensar en esa bestia que entró al hospital e hizo semejante daño a las familias", señaló la exfuncionaria ante los jueces y los jurados populares.
La ex titular de Seguridad del Paciente también enumeró la serie de cinco muertes de bebés y de otras ocho complicaciones dentro del Hospital Neonatal.
Mortalez dijo que ante cada fallecimiento se buscó la causa, desde efectos de la vacunación por Covid-19, la picadura de algún insecto o la vitamina K.
Sin embargo remarcó que el punto de quiebre ocurrió el 6 de junio cuando murieron dos bebés y otros dos sufrieron de graves secuelas. Un día después la entonces funcionaria volvió de sus vacaciones y aseguró que en los pasillos del hospital se hablaba de "una mano negra, de una mano asesina".
Con este nuevo panorama, Moralez dijo que comenzó a analizar una posible conexión entre los diferentes casos anómalos que habían ocurrido en la sala de obstetricia.