Córdoba

Peteco Carabajal en la Quinta Luna del Festival de Cosquín

La música popular argentina en todas sus formas, con momentos muy emotivos que quedarán en la memoria colectiva y un cierre en el que se hermanaron el folklore y el rock. Así podría resumirse la quinta luna de este Cosquín 2025 que entró en la segunda mitad de su edición Lunas de Platino.

Peteco Carabajal en el Festival de Cosquín 2025Foto Festival de Cosquín

Sin dudas, el segmento más esperado y celebrado de la noche fue la gran celebración por los 50 años de música de Peteco Carabajal. Cerca de las dos de la mañana, el músico santiagueño hizo su aparición en el escenario Atahualpa Yupanqui para desplegar un recorrido por sus diferentes etapas musicales junto a invitados de todas las generaciones.

Mirá la quinta luna coscoína:

COSQUIN 2025 – 65° FESTIVAL NACIONAL DE FOLKLORE

El arranque fue por demás conmovedor con la zamba A mis viejos junto al bandoneonista Juan Carlos Marín y el himno Digo a la mazamorra, con Peteco al frente secundado por una suerte de “bandas eternas” que incluyó a una selección de músicos que lo acompañaron en sus diferentes formaciones.

Peteco Carabajal en el Festival de Cosquín 2025Foto Festival de Cosquín

La banda estable se conformó con varios integrantes de la familia Carabajal (Demi en la batería, su hijo Homero en la guitarra eléctrica, Ricky en bajo, y Roxana, Graciela, Huahui Basualdo y Martina Ulrich en percusión y coros) y hasta el propio Raly Barrionuevo como un miembro más, como en los comienzos de su camino musical.
Luego de repasar temas de sus primeros discos solistas (Encuentro y Borrando fronteras), y evocar sus comienzos con Santiago Trío, Peteco encaró la segunda parte del concierto invitando a los referentes de la danza como Juan Saavedra y sus sobrinos Koki y Pajarín, más un gigantesco ensamble de bombos legüeros encabezados por El Indio Froilán. Una postal bien santiagueña a la que el público le rindió pleitesía con su contemplación.
Tras Las manos de mi madre y Perfume de carnaval, coreadas por todos los presentes y el público incluido, la recta final fue a pura chacarera con la plaza convertida en un auténtico patio de baile. Peteco salió con su violín y comenzó el hechizo: la alusiva Embrujo de mi tierra, Puente carretero y Entre a mi pago sin golpear terminaron de desatar la fiesta peñera.

Peteco Carabajal en el Festival de Cosquín 2025Foto Festival de Cosquín

Para el epílogo quedó un necesario y merecido reconocimiento con la entrega de sendos premios, el Camin a la Trayectoria y la Luna de Platino, en referencia a esta edición.

Peteco Carabajal en el Festival de Cosquín 2025Foto Festival de Cosquín

(Fuente Comisión Organizadora del Festival de Cosquín)

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