Córdoba

Milei y Trump: Un Apretón de Manos que Habla Más que Mil Palabras

Donald Trump había arrancado hacía pocos minutos su discurso de cierre en la conferencia CPAC cuando señaló al Presidente Javier Milei, sentado en primera fila.

Le dijo que era un “tipo MAGA”, que seguía escuchando sobre él y sobre la Argentina. “Escucho que te está yendo fantástico”, le dijo. “Estamos muy orgullosos de vos, realmente”, cerró.

Feliz, Milei se puso de pie, le agradeció juntando las dos manos, se golpeó el corazón y le ofreció una ancha sonrisa con pulgar en alto. El gesto es como un pulmotor para una personalidad en su peor momento político.

No hubo reunión formal cara a cara de Trump y Milei después de tres días en Washington, la máxima apuesta de la delegación argentina.

Luego del discurso, hubo un breve encuentro privado, del que Milei se llevó un elogio a sus políticas, una foto, y una invitación para visitar la Casa Blanca. Bastante poco si uno se atiene a la significación diplomática del gesto. O muy mucho si se considera que Milei salió de Argentina en medio del libragate y no tenía confirmado ningún contacto con el presidente norteamericano.

“El presidente Trump se reunió con el presidente argentino Javier Milei en la CPAC, donde discutieron las innovadoras reformas económicas del presidente @JMilei y cómo nuestros países pueden trabajar más estrechamente juntos", dijo el gobierno norteamericano en un mensaje en X en la cuenta oficial de la Casa Blanca.

X de The White House

“El presidente Trump también invitó al presidente Milei a visitar la Casa Blanca en los próximos meses”, adelantó.

La reunión entre ambos mandatarios fue breve. El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció el inicio de la reunión a las 15.58, hora local, en un tuit. Poco después, a las 16.17, Milei y la delegación comenzaron a salir, sin prisa, lentamente, de la zona VIP hacia el pasillo central de la convención en el hotel Gaylord National. Rodeado de gente que le pedía fotos o apenas un saludo, Milei no respondió preguntas sobre la reunión, o el escándalo criptogate.

Trump se había ido del hotel unos minutos antes de que Milei apareciese en público tras la reunión, por lo que la “reunión” no pudo haber durado más de 10 minutos.
Después del cónclave, el presidente norteamericano subió a su limusina, que lo llevó hasta el helipuerto donde lo esperaba el helicóptero M1 para llevarlo de regreso a la Casa Blanca.

Como sea, dentro del equipo de Milei, asumen que el breve encuentro le dio al Gobierno una bocanada de oxígeno en una de sus semanas más díficiles.

Luego de reuniones en el Fondo Monetario Internacional (FMI), el BID, el Banco Mundial y un encuentro con Elon Musk que no dejaron ningún anuncio concreto, el Gobierno apostó a tener una foto con Trump que pudiera mostrar como un gesto de respaldo.

En busca de algún gesto

Con el correr de los días, la expectativa de una cita formal entre Milei y Trump se había diluido en las indefiniciones. Sin una reunión bilateral en la Casa Blanca en la agenda, con una foto en el Salón Oval incluida, las miradas estaban puestas en un encuentro más distendido, en CPAC, la conferencia devenida en el hogar de la derecha global, y este año, más que en los anteriores, en un verdadero Trumpfest envuelto en un clima de algarabía por el retorno de Trump al poder.

Nadie quiso brindar detalles sobre el encuentro. La delegación había sumado integrantes: en el hotel se vio a Santiago Caputo, asesor presidencial que quedó en el ojo de la tormenta por su intervención en la entrevista que Milei le dio a TN, y Agustín Romo, presidente del bloque de LLA en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires.

Y el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, estuvo flanqueado por su número dos, José Luis Daza. Ninguno de los dos quiso confirmar si se quedarán a seguir las discusiones con el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Toda la delegación había seguido antes las palabras del presidente norteamericano ante su público más leal.

Puntualmente, Trump subió al escenario de la conferencia unos minutos después de la hora pautada, las 2.30 de la tarde, hora local, las 4.30 en la Argentina.

Su mensaje se estiró por más de una hora, un clásico discurso trumpista con amplios elogios a su gestión, su último triunfo electoral, los primeros hitos de su nueva administración, y ataques ácidos a los demócratas, incluido el expresidente, Joe Biden –de quien repitió que habia sido el peor mandatario de la historia–, su hijo, Hunter Biden, su rival en las elecciones presidenciales, la exvicepresidenta, Kamala Harris, la senadora Elizabeth Warren o el exsecretario de Transporte, Pete Buttiggieg.

El público, una audiencia trumpista de pura cepa, celebró cada una de sus líneas con aplausos y risas.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba