El triunfo de Talleres por penales ante River en la Supercopa Internacional, disputada en Paraguay, desató una fiesta sin igual en las calles de Córdoba. Aunque el partido se jugó a miles de kilómetros de distancia, la celebración en la ciudad fue total, con el Patio Olmos, como ya es tradición, siendo el punto de encuentro para los fanáticos albiazules.
Con el marcador empatado sin goles en el tiempo reglamentario y el alargue, la definición por penales coronó a Talleres campeón, gracias al gol de Gastón Benavídez en el último penal de la serie. La victoria histórica ante River fue recibida con euforia por parte de los hinchas, que se volcaron masivamente al centro de Córdoba para celebrar.
La Plaza de la República, ubicada en el Patio Olmos, se llenó de banderas, cánticos y un ambiente festivo que envolvía a jóvenes, adultos y niños de todas las edades. Muchos no dudaron en lanzarse a la icónica fuente de la plaza para refrescarse en una noche calurosa y celebrar el ansiado título.
El festejo, como es habitual, estuvo marcado por fuegos artificiales, gorros y un sentimiento de desahogo colectivo después de tantos años de espera. La algarabía se extendió hasta la madrugada, mientras los hinchas celebraban el primer título internacional en la historia del club.
La victoria en Paraguay, que marcó la séptima vez consecutiva que River cae en una definición por penales, generó una gran emoción en los seguidores de Talleres. La victoria fue vista como una reivindicación para el equipo, que luego de una temporada llena de altibajos, pudo coronar un logro importante.
Con la consagración de Talleres en la Supercopa Internacional, los hinchas vivieron una noche inolvidable en Córdoba, y la celebración en el Patio Olmos reflejó la alegría y la emoción de un título esperado por décadas.