Córdoba

Pocos días antes de la tragedia: los 480 especialistas en emergencias, ¡afuera!

El gobierno nacional reforzó hoy su presencia en Bahía Blanca: Bullrich, Franco y el propio presidente se unieron al ministro Petri en horas de la mañana.
Con un conveniente dispositivo de distancia entre la comitiva presidencial y el periodismo (y la gente), supervisaron el ritmo de avance y las tareas de recuperación después de la catástrofe.

Una pregunta casi obvia es ¿porqué estarían presentes la Ministra de Seguridad y el Ministro de Defensa, pero no se encuentran allí la Ministra de Desarrollo Humano ni el Secretario de Salud? Son áreas que, a priori, resultan tan o más importantes que Seguridad y Defensa.

Es precisamente lo que se pregunta Sibila Camps, periodista especialista en cobertura de catástrofes dentro de un muy largo y rotundo curriculum. De hecho, es autora del libro “Periodismo sobre desastres” publicado por Eudeba, un verdadero manual sobre el tratamiento periodístico de estos episodios.

Y se contesta : “el Ministerio fue descapitalizado, de capital y de humanxs; fue decapitado, mutilado y en gran parte desaparecido. Una semana antes del diluvio, el 28 de febrero a partir de las 22.30 hubo una lluvia de despidos que arrasó con la Dirección Nacional de Emergencias Sociales (DINES), que fue eliminada del organigrama. Fueron 480 despidos, en su inmensa mayoría de profesionales altamente especializadxs, con más de 20 años de antigüedad, que fueron pasadxs a disponibilidad (según el DNU ómnibus, a los 6 meses podrán quedar en la calle), no reubicadxs en ningún área, y un número pequeño cuyos contratos fueron rescindidos”.

Camps se refiere aquí a la última tanda de despidos en ese ministerio, que abracó un total de 2800 personas, algunos con contratos temporales y otros de planta permanente, de diversas reparticiones.

Sigue la motosierra: el Gobierno desvinculó a más de 2,800 empleados de Capital Humano

Y establece una precisión escalofriante: con esta tanda de despidos se eliminaron áreas críticas para la asistencia desde el estado nacional en catástrofes y a personal especializado en estas intervenciones.

“La DINES incluía la Dirección de Apoyo Logístico, que contaba con tres depósitos –hasta 2015, siempre llenos para la asistencia inmediata– y camiones. Fueron cerrados los depósitos de La Plata y de Tafí Viejo, que abastecía al NOA. El personal fue diezmado y queda sólo el 20%”, cuenta la periodista en un posteo en redes.

La información con estas precisiones sobre los despidos la proporcionó la doctora Laura Villaflor Garreiro, que trabajaba en esas dependencias desde hace más de veinte años, tras consultas con ex compañeras y compañeros.

Villaflor describió cómo articulaban las áreas desmanteladas: “La Coordinación de Acción Directa, un equipo interdisciplinario de trabajadoras sociales, psicólogas y otrxs especialistas, que se articulaba con dependencias del Ministerio de Salud, sobre todo con la Dirección Nacional de Emergencias Sanitarias. Había también una Coordinación de Asistencia a Instituciones, con abogadxs, arquitectos, trabajadorxs sociales, etc., que articulaba con las otras dos áreas; Finalmente había además una dependencia más pequeña, encargada de Alimentos, destinados exclusivamente a situaciones de emergencia”.

La DINES fue creada durante el gobierno de Néstor Kirchner, en el ámbito de la Subsecretaría de Abordaje Territorial, en el Ministerio de Desarrollo Social.
“Se trabajó a full hasta 2015: las inundaciones de Santa Fe, el alud en Tartagal, las colas de tornados en el Gran Buenos Aires", cuenta Villaflor.

"Eran grandes operativos interministeriales, coordinados con los gobiernos provinciales”. Porque no se trata sólo de colchones, mantas, pañales y comida: de esos operativos participaban funcionarios y empleados del Ministerio del Interior, para confeccionar de urgencia los documentos perdidos; allá iban personal de la ANSES, para solucionar necesidades perentorias de pensiones; allá iba personal de la AFIP, para resolver trámites de CUIL y otros.

Sibila Camps, con toda su experiencia en cobertura de catástrofes señala que “en pocos días se verá –o se esconderá– la cara que no muestran los canales ni los portales de noticias: las gripes y otras enfermedades respiratorias, las heridas y fracturas, los trastornos dermatológicos; sobrevendrán brotes de leptospirosis, el mal típico de las inundaciones. En pleno comienzo de clases, ¿cuántos chicos y chicas conservan sus útiles, su computadora…?”.

Y cierra con una reflexión muy necesaria en estos días:

“Hay una palabra que el actual Presidente odia tanto, que jamás la pronuncia, ni siquiera para denostarla: solidaridad. Otra palabra que no usa es organización.

Y solidaridad organizada es el Estado presente, donde todas y todos aportamos para aliviar el sufrimiento a quienes fueron afectados por desastres y emergencias, y para ayudarles a recuperarse”.

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