Raúl Porchetto en el Libertador: una noche mágica
Frente a una platea colmada, el apreciado Mario Luna relató en breve secuencia el sueño de un artista y el esfuerzo de varios -el productor Bunny Croatto y el propio Luna, entre otros- por concretarlo. A un año exacto de la primera reunión del equipo, Raúl Porchetto llegó al Teatro del Libertador presentando su “Noche mágica”.
Resulta incomprensible que Porchetto, tan ligado a Córdoba, haya pasado casi dos décadas sin ofrecer conciertos en la ciudad. Pero en cuanto el ensamble de cuerdas, con arreglos y dirección de Obi Homer, desanda en un fluir sereno e intenso la “Obertura” y la “Canción Número Cero” -una reversión de aquella joya con la que cerraba Televisión (1981)-, la música nos envuelve. Ya con Raúl en el piano, entendemos que estamos viviendo una noche tan especial como las mejores que hayamos compartido con el mercedino, en tantos años de complicidad.
“Ahora vamos a rockear”, anticipa Porchetto, y es el turno de la banda, en la que encontramos a figuras muy relevantes, que desde hace tiempo acompañan a Raúl. Los vemos darlo todo en cada acorde y percibimos que además de talentosos son generosos y se llevan bien. Un equipo dúctil que sabe moverse con Porchetto, que lo sostiene en ese viaje maravilloso que intenta en cada presentación, frente a un público que le entrega lo mejor que tiene para dar: respeto, admiración y amor.
Se lo dicen las “nenas” que como a su amigo Sandro, lo adulan entre canción y canción. Se lo dicen los que han venido desde Catamarca, Salta, San Luis, Mendoza, el interior cordobés o la propia Buenos Aires para no perderse a su ídolo haciendo historia en un escenario especial, como el Libertador. Se lo decimos todos, haciendo coros, batiendo palmas y aclamando cada versión.
El grupo va a los bifes y transcurren las canciones: se suceden “La llama de tu amor” (hitazo de Noche y Día, 1986); El fantasma de Canterville (recordando aquí a sus amigos de Porsuigieco que la grabaron en 1976), Centavos de Amor (gran canción de 2001), Cuando un hombre ama a una mujer (de El Mundo Puede Mejorar, 1984). Hay tiempo para sus canciones más recientes, como “Corazones Rotos” o “Sombras en el Cielo” (del disco homónimo, 2018) “Un mar que se me viene encima / así estás en mi cabeza / como cuadros de Van Gogh / libros de Borges y Tesla” canta un Porchetto siempre reflexivo, mientras la banda se mueve cómodamente entre el rock, el blues, el funk o el pop y se larga con una versión electrizante de “El poder del Universo” (de Reina Madre, 1983).
Aparecerá un remanso con “Tan grande es tu amor” (de Noche …) y la emoción con “Reina Madre”, en el piano. Tras cartón, el grupo llega al punto más intenso de la “noche mágica” interpretando con maestría “Como un ángel” (de Altas Cumbres).
Hay en Porchetto más de cinco décadas de música y no es sólo una cuestión de canas o almanaque. Es un músico formado y curtido, que jamás se quedó quieto y que siempre apostó por aprender y renovarse.
Suena “Siempre vas a estar en mi cabeza” (Volando de Vida, 1978), y surgen las comparaciones. “El Tom Petty argentino”, menciona un periodista. “Cada día más parecido a Lennon”, murmura una dama más allá. Pero Porchetto no necesita espejos. Ha sabido atravesar las fronteras con las que algunos insisten en encasillar los géneros musicales, construyendo un estilo propio. Impronta que, frente a un público incondicional pero exigente, es apta para sintetizarlo —o trascenderlo— todo.
Se asoma un tramo final a todo trapo, con “Hay Rock and Roll” (Sombras…), “Fuera de juego” (1996) y el clásico “Algo de Paz” (Metegol, 1980), hasta llegar al cierre con dos inoxidables: “Honor y gloria” (Reina…) y “Bailando en las Veredas” (¿cuántas veces la bailamos? ¿Y quién no recuerda la publicidad de cigarrillos con la bellísima Susana Romero?).
Entre tanto, fuera de programa, a pedido de los fans, mechó unos fragmentos de “Bajaste del Norte” -compuesta en su adolescencia, llevada al éxito por León Gieco y grabada hace pocos años junto a Rally Barrionuevo- y “Metegol”.
El público siempre quiere más, pero sabe cuándo es momento de ovacionar y permitirle al artista su merecido descanso. Ha cumplido un sueño, y es justo que lo disfrute en plenitud.
A sus 75 años, Raúl Porchetto lidera con energía a una banda talentosa y versátil, dándose el lujo de llevar sus composiciones al formato de ensamble de cuerdas. Y lo hace, claro, acompañado por su gente, en uno de los escenarios más grandes de Sudamérica.
Celebremos junto a él este logro inmenso. Y esperémoslo de nuevo. Se lo merece. Nos lo merecemos
“Noche mágica”. Raúl Porchetto en el Teatro Libertador. 9 de marzo de 2025. Ensamble de cuerdas dirigido por Obi Homer. Banda: Raúl Porchetto (guitarras, piano, voz); Javier Torrecillas (Guitarra eléctrica), Federico Gamba (guitarras acústicas, eléctricas, teclados), Diego Arnal (Bajo), Hernan Rico (Bateria)