COVID-19: Se cumplen 5 años de aquella Argentina del “quedate en casa”
Aquel 20 de marzo de 2020 los argentinos despertamos con una única certidumbre: íbamos a ser testigos de un episodio dramático en la historia nacional. Todo lo demás, era incierto.
El entonces presidente, Alberto Fernández, había anunciado en cadena nacional la noche anterior, el inicio del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO), que se popularizó con el sencillo nombre de cuarentena.
La normalidad de la vida cotidiana fue cortada de un solo tajo y, como en el resto del planeta, cada argentino y argentina registró una marca de por vida.
Se cumplen cinco años del inicio de la cuarentena, uno de los principales capítulos de la historia reciente y aquí retratamos en qué consistieron las medidas sanitarias en su conjunto, el balance nacional e internacional de la pandemia y el que tal vez sea el episodio más recordado de aquel período: la famosa foto del cumpleaños en Olivos.
Las medidas sanitarias en Argentina
Las medidas sanitarias en Argentina para combatir la pandemia de COVID-19 fueron una serie de decisiones estratégicas y operativas de política de salud pública para combatir la pandemia tomadas por el expresidente de la Nación Alberto Fernández y los gobernadores de provincia.
Incluyeron las medidas de prevención de contagios, investigaciones y tratamientos experimentales, creación de infraestructura y abastecimiento de recursos médicos, protocolos sanitarios para los lugares de trabajo, y la campaña de vacunación contra la COVID-19 iniciada en China el 29 de diciembre de 2020, apuntando a estabilizar la situación mediante una combinación de varias acciones.
Las dos principales medidas para mitigar la pandemia fueron el aislamiento o cuarentena de la población, denominado Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) y el Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (DiSPO).
El ASPO abarcó inicialmente todo el territorio del país desde el 20 de marzo hasta el 26 de abril inclusive. A partir del 27 de abril se establecieron medidas segmentadas territorialmente, de aislamiento o distanciamiento, según lo exigiera la situación sanitaria de cada lugar.
Inicialmente la pandemia se concentró principalmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), pero hacia la mitad del año se extendió la pandemia a todo el territorio, con excepción de la provincia de Formosa, que mantuvo un control estricto de fronteras.
Las medidas sanitarias fueron en general aceptadas por la mayoría de la población, sin perjuicio de una alta preocupación por las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, tendiendo a decaer en el tiempo con el hartazgo que generaba la situación.
Algunos sectores de la población, conocidos como «los anticuarentena», fueron muy críticos frente a la cuarentena y frente a las vacunas, convocando a manifestaciones públicas, "cacerolazos" y actos de desobediencia civil.
A comienzos de mayo algunos observadores consideraban que en Buenos Aires y otras partes del país, sectores considerables de la población estaban incumpliendo las medidas de aislamiento y distanciamiento en una actitud de "desobediencia civil de hecho", que pudo haber influido en los rebrotes y agravamientos de la pandemia.
Las vacunas
El 29 de diciembre de 2020 comenzó la campaña de vacunación. El presidente informó que llegarían al país 10 millones de dosis para enero de 2021, número que no se concretó debido a incumplimientos de las empresas proveedoras.
A partir de marzo comenzaron a llegar vacunas y en agosto también comenzaron a producirse localmente. Hacia el 1 de octubre de 2021, 29 760 609 personas habían recibido una dosis, representando el 66,13 % de la población total del país, mientras que 22 636 279 personas, el 50,30% de la población total, recibieron dos dosis.
En junio de 2022 se llevaban aplicadas más de 115 millones de dosis y el 76% de la población había recibido tratamiento completo, lejos del 90,29% de Chile, el país con mayor cobertura en América Latina.
Contagios y muertes
Comparativamente con otros países, ninguna de las ciudades argentinas vio colapsar su sistema sanitario, debido a la preparación que se realizó para enfrentar a la pandemia. Escenas dantescas se recuerdan todavía de morgues colapsadas en sitios tan disímiles como Nueva York, Barcelona o Lima.
Las estadísticas finales señalan que la tasa de mortalidad causada por el COVID-19 en Argentina fue de 2840 fallecimientos por cada millón de habitantes.
Eso se deriva de un total de 10,080,046 contagios confirmados y 130,685 personas fallecidas por COVID en nuestro país.
Comparativamente, los registros de otros países sudamericanos son los siguientes: Perú (6596), el segundo más alta del mundo del mundo, Brasil (3282), Colombia (2777), Chile (3350), Bolivia (1869), y Uruguay (2181).
A nivel mundial algunas de las mayores tasas de mortalidad, además del mencionado Perú, correspondieron a países del este europeo: Bosnia (3267), Hungría (3136), Bulgaria (3046), República Checa (2839). El territorio con la mayor tasa de mortalidad mundial fue Chipre del Norte, con 12,953 personas fallecidas por cada millón de habitantes.
La foto del terremoto político
Podría haber sido una foto más de un cumpleaños, de las millones que a diario se toman.
Pero en agosto de 2021, poco antes de las elecciones nacionales de medio término, se dieron a conocer al público las fotos de una reunión realizada el 14 de julio de 2020 en la residencia presidencial, en plena ASPO.
La familia presidencial de Argentina había violado la cuarentena, en plena pandemia por el coronavirus.
Las fotos eran del cumpleaños de Fabiola Yáñez, la entonces esposa del presidente, Alberto Fernández, que después de días de silencio alcanzó a pronunciar un intento de disculpa: "Lamento que haya ocurrido (…) No va a volver a ocurrir".
Si el gobierno ya atravesaba un momento político sensible por la economía de capa caída y las fracturas dentro del oficialismo, sin duda la foto tuvo gravitación en las elecciones legislativas que liquidaron las mayorías del peronismo en el parlamento.
"Definitivamente me doy cuenta que no debió haberse hecho", admitió Fernández este viernes durante un evento en el que el oficialismo quiso mostrarse unificado.
En las fotos se ven al menos una decena de personas que no usan mascarillas, no mantienen el distanciamiento social y están en un salón con las ventadas cerradas.
Y estos eran precisamente algunas de las órdenes pautadas por el decreto presidencial, firmado por el mismo Fernández, marcando las pautas de una cuarentena que, para muchos, fue muy estricta y que tuvo un fuerte impacto en la población argentina.