Semana Santa en Jujuy, uno de los lugares más espirituales del país
El año pasado, en Semana Santa, visité Jujuy, con la intención de conocer más sobre esta parte del país.
En el norte del país se resguardan las costumbres y tradiciones de los pueblos originarios. No es una tierra en pausa, sino una historia que se le permite seguir siendo contada, costumbres y culturas que siguen siendo respetadas y entremezcladas con el mundo moderno, donde en la calle una procesión vestida con trajes e instrumentos proveídos por la tierra tiene a cada lado, celulares que quieren registrar cada instante.
Miles de personas agrupadas en su mayoría en bandas de sikuris, realizan este tradicional “desfile” caminando casi 24 kilómetros. Lo que podemos ver también son las famosas Ermitas, cuadros gigantes que recrean las escenas de la pasión de Jesucristo realizados íntegramente con flores, hojas, tierras de colores, semillas y frutos del lugar.
Ni los flashes ni las miradas de los turistas parecen inhibir un espectáculo que se repite año tras año. Son niños, abuelos, padres, la familia entera celebrando uno de los momentos más relevantes de la historia cristiana. Hasta el más ateo puede llegar a emocionarse con la peregrinación y los trabajos realizados a lo largo y ancho de Tilcara, en este caso, para que la población entera se entere que Jesús está por resucitar.
Vale la pena estar ahí para ver el orgullo con llevan un instrumento, un cartel o simplemente interpretan una coreografía durante kilómetros y kilómetros, como un homenaje a su religión. Allí las bocinas de los autos no existen ni la ansiedad por llegar a un lugar puntual. Todo es respetado y las reglas son implícitas pero bien claras. En Jujuy la tradición no sólo se sostiene sino también se siente y se vive.