El escenario político cordobés comienza a tensarse con vistas a las elecciones legislativas nacionales de octubre. Desde el entorno del gobernador Martín Llaryora crecen las gestiones para que el exmandatario Juan Schiaretti sea candidato a diputado nacional, en un intento por consolidar un liderazgo de centro y contener el avance libertario en la provincia.
La preocupación en el Centro Cívico se vincula con el posicionamiento creciente de La Libertad Avanza, que busca consolidar alianzas y fortalecer su armado territorial. En ese marco, el oficialismo provincial apunta sus críticas al principal referente de Javier Milei en Córdoba, el diputado Gabriel Bornoroni, a quien acusan de no defender los intereses locales ante las medidas del Gobierno nacional.
El legislador Ignacio García Aresca fue contundente al respecto. En declaraciones recientes, señaló que “falta un liderazgo de centro” y consideró que Schiaretti podría encarnar ese rol desde el Congreso. También cuestionó que Bornoroni no haya levantado la voz ante temas como el financiamiento universitario, las asignaciones específicas o la pérdida del Incentivo Docente, entre otros reclamos cordobeses.
Mientras tanto, desde el entorno libertario se analiza la posibilidad de abrirse a alianzas estratégicas en Córdoba, aunque con condiciones: solo con aquellos actores que estén dispuestos a colaborar con el Gobierno nacional y dejar de lado sus estructuras partidarias, como ya advirtió Karina Milei.
En ese marco, la elección de octubre asoma como un punto de inflexión. El llaryorismo busca retener la centralidad política cordobesa con una figura de peso como Schiaretti, mientras los libertarios exploran acuerdos que podrían reconfigurar el mapa político provincial.
