Inflación: la gestión de Luis Caputo triplica el promedio de Martín Guzmán
Al menos en términos inflacionarios, podría decirse que el Gobierno de Alberto Fernández tuvo un quiebre sin retorno aquel sábado 2 de julio de 2022, cuando por la siesta nos enterábamos que Martín Guzmán dejaba el Ministerio de Economía después de haber acompañado al extinto Frente de Todos en sus primeros 31 meses de Gobierno.
En aquella carta pública de renuncia indeclinable que el platense le presentó al entonces presidente aducía que había encontrado a la Argentina “sumida en una profunda crisis económica, social y de deuda”, a la que luego se le agregó “una pandemia global y la guerra en Ucrania”.
Consideraciones políticas al margen, desde entonces han pasado casi tres años y, paradójicamente, a la administración de Javier Milei no le vendría nada mal poder retrotraer la inflación a los tiempos en que Guzmán estaba al frente del Palacio de Hacienda.
Ocurre que durante los 31 meses de gestión del discípulo de Joseph Stiglitz, el alza de precios en la Argentina, en promedio, fue del 3,91% mensual, cifra para nada despreciable en el actual contexto de país.
Pandemia mediante
Guzmán debutó en diciembre de 2019 con un 3,7% de inflación, para redondear un 53,8% anual que incluyó los últimos once meses del mandato de Mauricio Macri.
En el período 2020, año de parálisis de la economía debido a la pandemia por el Covid-19, el dato anual de suba de precios fue del 36,1%, dejando el promedio mensual en el 3%.
A partir de allí comenzó a calentarse la economía y en 2021 el índice anual trepó hasta el 50,9% con un registro mensual del 4,2%. Finalmente, en sus últimos seis meses de gestión, durante 2022 Guzmán convivió con una inflación semestral del 30,8% (mensual del 5,1%).
En total, Martín Guzmán estuvo 31 meses en el cargo y en ese lapso el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) acusó una inflación del 121,5 %, dejando el índice mensual entorno al 3,91%.
Los números de Luis “Toto” Caputo
Si bien no ha pasado tanto tiempo desde entonces, el contexto sociopolítico y económico de la Argentina es diametralmente opuesto. Y si al igual que hicimos con el caso Guzmán dejamos de lado las “consideraciones políticas”, los datos fríos de la inflación dan cuenta de que en los “primeros” 16 meses de gestión de Luis Caputo en el Ministerio de Economía la inflación alcanzó el 151,6% y promedió el 9,74% mensual. Si bien el dato da muy por encima del “índice Guzmán”, también es cierto que la tendencia es a la baja.
En detalle, aquel diciembre de 2023 cuando Caputo “llegó al poder” arrojó una inflación del 25,5% (el dato más alto desde 1991) y ese año, sumados los últimos once meses de mandato de Alberto Fernández, terminó con un elevadísimo 211,4%.
Durante 2024, motosierra mediante, el índice anualizado trepó al 117,8% con picos del 20,6% en enero y del 2,4% en noviembre que dejaron el promedio mensual en el 9,81%.
Ya en los tres meses que llevamos del presente año la inflación acumulada es del 8,3% y el promedio de un 2,76% cada treinta días.
De todos esos datos surge que Luis Caputo tiene hasta acá en su gestión una inflación del 9,74% mensual en 16 meses de gestión, frente al 3,91% que acompañó a Martín Guzmán en 31 períodos.
Bello abril
En lo inmediato, la semana próxima terminará el mes de abril y habrá que esperar algunos días hasta conocer el número fino del Indec respecto de la inflación del cuarto mes del año.
Por lo pronto, y a contramano de lo que se presuponía cuando el Gobierno anunció la liberación parcial del cepo al dólar y la puesta en marcha de la banda cambiaria, el mercado prevé una inflación igual o menor al de por sí elevado 3,7% registrado en marzo.
¿Los motivos? Uno coyuntural podría ser la marcha atrás que las empresas alimenticias dieron con las nuevas listas de precios que habían preparado con subas que iban entre el 7% y el 10%. ¿Qué los detuvo? No tanto la embestida dialéctica del presidente Javier Milei, sino que la cotización del dólar oficial se mantuvo cerca de su piso de $1000 por unidad.
En lo estructural, la expectativa de inflación a la baja tiene más que ver con la brutal caída del consumo a partir de la pérdida de poder adquisitivo de la mayoría de los argentinos, principalmente de lo no asalariados: los precios tienden a mantenerse por “falta de demanda”.
En Argentina, el consumo de productos esenciales cayó un 5,4% interanual en marzo respecto a igual mes de 2024, acumulando un desplome del 8,6% en el primer trimestre del año. ¿El sector más perjudicado? El de alimentos básicos, que suma 15 meses consecutivos de contracción.