La población senegalesa en Argentina: diversas maneras de apropiación del espacio público
Se estima que existen cerca de 3000 personas migrantes provenientes de Senegal en Argentina, sobre todo a partir de mediados de los años 90.
Se dedican como labor casi principal a la venta ambulante, mercaderías en la calle o comercio informal. Se encuentran en Buenos Aires en barrios como Once, Flores, Almagro, Lomas de Zamora y en Provincias como Córdoba y Mendoza. Además de la presencia en nuestro país, se encuentran en Francia; Gambia, Italia, Brasil y Ecuador.
Una comunidad de cooperación de connacionales de alcance internacional
La comunidad senegalesa presenta una suerte de doble apariencia: por un lado; conviven en espacios más bien informales en términos de ámbitos de trabajo y en ciertos casos; de precariedad en el ámbito de residencia.
Pero, por otro lado, se observa una comunidad de reciprocidad y mutua cooperación, en la cual se gestan intercambios de bienes y recursos económicos, materiales, sociales e incluso, políticos:
“Yo llegué a Argentina, porque un amigo en Senegal me contó que las cosas estaban bien para negocio. Yo me iba a ir a Brasil o Estados Unidos, pero me dijeron que acá estaba bien, sobre todo por tema documentos y todo eso.
Ahora me quiero ir porque no está tan bien la cosa.
Cuando llegue no tenía nada y en la comunidad senegalesa que tenemos, me dieron algo de dinero, las mercaderías que puedo vender y tenemos una red de gente que nos dice dónde nos podemos quedar a hospedar así tipo más barato y todo eso”.
(Baye Thiam – Población senegalesa – Córdoba)
Así, se observa que la comunidad senegalesa no es solo un espacio de pertenencia situada en Argentina, sino que comparte un entramado que supera las barreras nacionales sin que, por ello, deje de evocar a su origen senegalés.
Esto hace del colectivo senegalés, un movimiento dinámico a la vez que sinérgico.
Una resignificación de “lo público”
Uno de los hechos más singulares y que de alguna manera, señala uno de los rasgos más llamativos del colectivo de senegaleses en Argentina, es su noción de lo “público” que tiene por constante la resistencia del “argentino”, sea “porteño” o “cordobés”.
Aspectos elementales como compartir el uso del baño o de comercializar productos en la vía pública, denota una tensión de significados en torno a que es público y que es lo “privado”.
“A mí lo que me molesta de los argentinos. O sea, la verdad es que no me molestan los chistes que nos hacen y que se yo, eso entra como en la joda. O que me molesta es que a veces le pedís a una casa de un vecino, mientras uno está vendiendo, le pides el baño y nadie te lo deja pasar a su baño. En Senegal eso no es problema. Lo mismo con la policía, que nos obligan a sacar la mercadería cuando vendemos en la calle.
Igual eso no es problema, porque ellos (el personal policial) hacen su trabajo y nosotros hacemos el nuestro. Cuando ellos vienen, nosotros sacamos la mercadería del suelo y cuando se van, las volvemos a poner”
(Balacar Faye – población senegalesa – Córdoba)
La diferente noción de lo público, expresado en el libre uso de los espacios domésticos, o bien, el uso del ámbito de comercio privado también como algo de libre disposición e incluso, la figura legal que representa la figura policial que queda reducida a un mero “trabajador”, representa uno de los puntos críticos, que, supone un estilo para el desarrollo de una vida “normal” que prescinde de los referentes formales en nuestro país.
Ser senegalés en Argentina: Una opción
Según lo que se pudo observar, el caso de los senegaleses en Argentina, no representa una situación de refugio o de migración forzosa, sino más bien, se encuentra ubicada en una opción de mejoras de las condiciones vida.
Este aspecto, sin embargo, cuenta con varias particularidades que lo diferencian de otros colectivos de inmigrantes como puede ser del caso de aquellos que provienen de países limítrofes o de otros países latinoamericanos. Aquí, la comunidad senegalesa se presenta con un dinamismo internacional propio, que no conoce de fronteras para escoger un país de residencia que ofrezca mejores oportunidades de vida.
La convivencia tanto en Buenos Aires como en Córdoba representan escenarios donde se encuentra en juego las nociones de lo público, lo privado y lo doméstico, que invitan tanto a repensar estas categorías no solo para este grupo en particular sino, sobre todo, provocan a la reflexión a la cultura mayoritaria argentina y las formas de profundizar acerca del contrato social.