Apenas dos días después de haber cumplido 84 años, Nana Caymmi murió en Río de Janeiro el pasado 1 de mayo, tras una tortuosa internación. La adorada hija de Dorival, hermana de los también instrumentistas y compositores Dori y Danilo, ha sido considerada durante décadas una de la voces interpretativas más luminosas y serenas de la Música Popular Brasileña (MPB).
Dinahir Tostes Caymmi, alias Nana, nació el 29 de abril de 1941 en Río de Janeiro, resultando la primogénita del matrimonio formado por el cantante y compositor bahiano Dorival Caymmi y la cantante Stella Maris. Al igual que ella, sus hermanos acabarían convirtiéndose también en músicos profesionales -actualmente ambos en actividad- desplegando una suerte de dinastía estética.
Dorival Caymmi, quien le puso música a gran parte de las experiencias del ser bahiano, descontando su éxito natural para fabricar "canções praieiras", compuso “Acalanto” a modo de llamar a la calma a la pequeña Nana. Una canción de cuna para marcar el destino de estrella. Al respecto, la propia Nana contó en una entrevista la accidentada y maravillosa entrada a estudio, por supuesto, de la mano de papá.
"Mi padre estaba en São Paulo para grabar un LP y mi madre iba a grabar `Acalanto´, pero en ese momento ella temblaba, tenía miedo", dijo Nana en la entrevista de 1973.
"Entonces -continuó- mi padre me tomó del brazo y me llevó al estudio. La confianza que depositó en mí ese día fue fundamental para mi carrera. Nunca había pensado en ser cantante profesional”.
La consolidación como artista no podía haber sido mejor: en 1964 Dorival, mito viviente, visita a Tom Jobim e inevitablemente surge un disco que se reeditará sucesivamente: Caymmi visita Tom e leva seus filhos Nana, Dori e Danilo. En ese trabajo, garantizado por el sello de Aloysio de Oliveira, Nana se despacha en el lado A con Inutil paisagem -del propio Jobim-. Esa versión, juvenil, marca la calidad de su talante.
“De que serve essa onda que quebra/ No vento da tarde/ De que serve a tarde? /Inútil paisagem”, cantan padre e hija, entrelazando sus voces hacia el final, en una de las tantas colaboraciones entre ambos.
“Nana Caymmi es una mujer neurótica. Vengo de una familia de dos compositores y dos intérpretes de la que estoy muy orgullosa, donde la música es más nuestra vida que nuestro sustento”, se proyectaba en diálogo con la prensa
Nana Caymmi construyó su propio circuito y preferencia estética, siendo parte de la generación inmediatamente posterior a la bossa nova, dándole, a lo largo de su carrera, cada vez mayor peso al factor interpretativo y vocal en el desarrollo de un repertorio de sambas y boleros.
En un mercado de altísima competencia (Elis Regina, Maria Bethânia, Gal Costa, intérpretes y técnicas insuperables) Caymmi apostó por un repertorio personal: la canción romántica calzaba perfecto para su timbre cálido y delicado a un mismo tiempo. Café com pão, de Joao Donato, encuentra en la voz de Nana posiblemente su versión definitiva.
Despedidas
"Yo pensaba que ella era la más profunda intérprete que se podía imaginar. Eso no hizo más que crecer con el paso de los años, de las décadas. Hoy supe que murió una de las mayores artistas de Brasil. Era, es y será un alumbramiento sobre al acto de cantar", escribió Caetano Veloso como despedida, mientras rememoraba la época en que la cantante contrajo un breve matrimonio con su amigo Gilberto Gil.
Paulinho da Viola, en plena gira por Brasil con su show de sambas, recordó la figura de Nana este viernes: "Su voz y sus interpretaciones eran inconfundibles, con una originalidad rara de encontrar. Siempre franca y directa, no ocultaba lo que pensaba. Una triste pérdida para nuestra música".
Bethânia muy posiblemente haya acertado cuando dijo que la voz de Nana tenía "el sonido del agua". El consuelo de que esa voz clara y serena siga fluyendo.