Córdoba

La Guerra entre Ucrania y Rusia en un punto crucial

La Guerra entre Ucrania y Rusia está en su punto más oscuro y, como sucede con la noche, podría ser la antesala de la claridad.

Mientras los dos bandos redoblan sus ataques cruzados y Zelenski lanza una amenaza brutal contra Moscú y contra el mundo, su gobierno acaba de sellar un acuerdo con los Estados Unidos para entregarle todos sus recursos energéticos.

El miércoles pasado, la ministra de Economía de Ucrania, Yulia Svyrydenko, viajó hasta Washington para reunirse con Scott Bessent, secretario del Tesoro, y concretar lo que venía exigiendo la administración Trump. Es decir, entregar sus riquezas energéticas, incluidas el petróleo, el gas, aluminio, oro, zinc y tierras raras. ¿Por cuánto tiempo? Indefinido, con la creación de un “Fondo de Inversión y Reconstrucción” exento de impuestos. ¿Y a cambio de qué? De nada, de ninguna garantía de seguridad por parte de los Estados Unidos ni la entrega de más armas, lo que significa que es más bien un pago por los servicios prestados hasta ahora.

Y entonces, sobreviene la pregunta, ¿por qué? ¿Será que este acuerdo con los Estados Unidos es la antesala de un acuerdo de paz con Rusia? Es la única explicación posible, y eso también explicaría por qué Ucrania se esfuerza por lanzar ataques masivos a Rusia, como los de este fin de semana con cientos de drones y 11 misiles, como quien está quemando los últimos cartuchos, poniendo toda la carne al asador, para conseguir una posición de fuerza que le permita negociar en mejores condiciones.

De todos modos, si eso ocurriera, está claro que ni Ucrania, ni siquiera Estados Unidos, están en ninguna posición de imponer nada, porque son la parte que va perdiendo esta guerra. Por lo tanto, hay dos cuestiones que parecen bastante claras a la hora de imaginar un acuerdo de paz: la garantía de que Ucrania no entrará a la OTAN y de que ningún tercer país mandará fuerzas a su territorio, y, por otro lado, la cuestión territorial, legalizando lo que ya es un hecho desde hace mucho, que Crimea y el Donbás forman parte de la Federación Rusa.

En este contexto, el presidente ucraniano lanzó esta semana una torpe y brutal amenaza: “Para todos los países que han viajado o viajan para el 9 de mayo, nuestra postura es muy sencilla: no podemos hacernos responsables de lo que ocurra en el territorio de la Federación de Rusia. Ellos les proporcionan seguridad y, por tanto, no les daremos ninguna garantía”. Se refiere a los actos formales por los 80 años del triunfo contra el nazi-fascismo en la que en Occidente se conoce como “Segunda Guerra Mundial” y en Rusia como “Gran Guerra Patria”.

Desde Moscú, la respuesta fue contundente y la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Zajárova, señaló: “Las afirmaciones de Zelenski de este sábado demuestran una vez más la naturaleza neonazi del régimen de Kiev, que se ha convertido en una célula terrorista. Es una clásica amenaza terrorista a escala internacional”.

Recordemos que el Kremlin había propuesto un alto el fuego durante las jornadas del 80° aniversario del Día de la Victoria, del 8 al 11 de mayo. Esa propuesta fue rechazada por Kiev, en consonancia con la tregua de la Pascua Ortodoxa, entre el 19 y el 21 de abril, cuando las fuerzas ucranianas infringieron 4.900 veces el alto el fuego.

A pesar de todo esto, el presidente Vladimir Putin dijo en una entrevista este fin de semana: “Me parece la reconciliación con Ucrania es inevitable, a pesar de toda la tragedia que estamos viviendo ahora. Hace falta tiempo. Sí, es cuestión de tiempo”.

¿Será este el tiempo? ¿Es un puente tendido? ¿Será necesario, además del tiempo, una salida de Zelenski del poder en Ucrania? Se verá en las próximas semanas.

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