Se estima que en nuestro país se encuentran residiendo casi cerca de 15 mil personas haitianas, quienes se dedican a trabajos informales, servicios de comidas, trabajos en agricultura, pequeños negocios o labores domésticas. A su vez, un alto porcentaje ha elegido Argentina por motivos de estudio o búsquedas de mejoras en sus niveles de estudio que les permita acceder a empleos de alta calificación.
En términos socio demográficos, se ubican en los barrios como Once, San Telmo, La Boca y Palermo, además de también en las provincias de Córdoba (Córdoba capital y Villa María), Mendoza (Mendoza capital y Godoy Cruz) y en Santa Fe (Rosario).
En resumen, algunos de los motivos que provocaron el éxodo migratorio fueron la búsqueda de mejoras laborales, seguridad y acceso a la educación universitaria y de pos grado.
No somos pobres
Uno de los aspectos más llamativos al momento del análisis de las entrevistas, consiste en la aclaración casi constante de “no somos un país pobre” a modo de respuesta automática.
Esto, claro está, oficia de aclaración ante la inmensa ignorancia de parte de la cultura mayoritaria argentina que no ve más que información sesgada por la prensa y los medios de comunicación quienes construyen un tipo de haitiano pobre, subsumido en la incapacidad de aportar alguna riqueza en cuanto a las dimensiones socio culturales e incluso económicas.
Así comparte Edison:
“Yo me la paso aclarando a cuanto argentino aparece, que Haití no es un país pobre como están diciendo.
Haití es rico… ahora el problema es que hay mucha violencia, corrupción y problemas políticos… también ambientales.
Eso es como que (el argentino) no lo entiende
Fíjate que yo y muchos vinimos a (Argentina) estudiar. O sea, que somos universitarios”
(Edison – población haitiana – Córdoba).
Aquí, se percibe entonces un primer punto de invisibilización que conduce a otro más complejo que tiene que ver con la estrategia a favor del reconocimiento.
El valor de la Historia y la defensa de los Derechos: El legado de ser la Primera República Negra
Aparece casi a modo reactivo, la necesidad de exponer una suerte de contra ofensiva que posicione la realidad haitiana como un aporte en tanto herederos de una emblemática tradición republicana, que los ubica como referentes inéditos en materia de luchas por la Independencia latinoamericana y también un icono de ser la Primera Republica Afrodescendiente del Mundo:
“Haití tiene una rica historia política, tenemos héroes nacionales que son referentes en el Mundo, fuimos el primer país latinoamericano en independizarse, encima con toda una población afro que venía de ser esclava.
(…)
Pero yo veo que eso en Argentina no les interesa, están como muy metidos en lo suyo y que eso de la historia de Haití no les llama la atención.
(…)
Imagínate que explicando eso, recién a algunos les interesa y, de ahí en adelante tenemos un montón de problemas como el racismo, barreras de idioma, la burocracia en termas de inmigraciones.
Es como un desconocimiento muy grande de lo que es Haití y por qué estamos aquí.
Igual tampoco es que me siento discriminado, porque como te digo, me muevo más como con gente universitaria. Cuando me preguntan o si interesan un poco por mi país, les cuento”.
(Henry – población haitiana – Haití)
Como se pudo ver en estos dos puntos que mencionan la idea del desconocimiento y su posterior lucha por el reconocimiento, no son más que las dos caras de una misma moneda en los desafíos por la convivencia humana y las formas de construir un contrato social de carácter inclusivo.
Cuádruple discriminación de “lo haitiano”
En este breve recorrido, de alguna manera, se busca generar una cierta apertura y conocimiento a una realidad velada o estereotipada que, de carácter reductivo condena a la población haitiana en Argentina a lo que podría considerarse una “cuádruple discriminación”.
Así, se observan al menos cuatro dimensiones de negación que excluyen a este colectivo debido a sus rasgos culturales (sobre todo idiomáticos), sociales, económicos y raciales.
En sus venas corre sangre que ha sido testigo de una triste historia de expropiación de África, la posterior esclavitud, luchas por la independencia y una posterior opción de migración a un país que los desconoce y encapsula.
Sin embargo, una vez más, los colectivos en situación de exclusión, como en este caso es la población haitiana en nuestro país, no confunden lucha con resentimiento, ni estigma social con realidad y libran a su manera y con las armas del dialogo intercultural, una salida concreta por ser parte de la co-construcción de una sociedad cada vez más inclusiva y plural.