Habló el dueño del auto aplastado: «En noviembre ya se había caído un pedazo de mampostería»
Continúan las repercusiones tras el trágico episodio ocurrido el sábado por la noche en barrio Güemes, ciudad de Córdoba, cuando un desprendimiento de mampostería de un edificio ubicado en Bv. San Juan 673 provocó el derrumbe parcial de la pérgola de un bar. Producto de lo ocurrido, Ramiro Alaniz Cortés, de 34 años, perdió la vida y siete personas resultaron heridas.
Lucas, propietario del automóvil aplastado por los escombros, relató en diálogo con Ahora Noticias, de SRT Media, el dramático momento que vivió: “A los diez minutos que se levantó el viento, sentimos el desplome. Lo primero que pensamos fue que se había venido abajo el balcón de planta alta, pero después nos dimos cuenta que era mucho más grave. No entendíamos lo que estaba pasando”.
El impacto afectó la estructura de una vivienda de dos plantas ubicada entre los dos edificios, donde funciona en planta baja el bar en el que ocurrió la tragedia y en el piso superior residen tres personas.
“El revestimiento del edificio cae, rebota contra el otro edificio y ahí es cuando todo se desploma. Los escombros perforaron el techo y el piso de la vivienda, cayendo directamente sobre el bar”, detalló Lucas, quien ayudó a asistir a los heridos.
“Nos pusimos a auxiliar y dar una mano a toda la gente que había quedado atrapada en el bar. Calculo que había al menos 20 personas, muchas que estaban en la pérgola y entraron cuando comenzó el viento”, detalló.
Acerca de su auto que quedó entre los escombros, el dueño explicó que aún espera que la Policía Judicial finalice los peritajes para poder retirarlo. “Tiene entre 1500 y 2000 kilos apoyados encima. El daño no es total, pero tiene el parabrisas y los vidrios rotos, y está presionado contra la pérgola”, comentó.
LOS ANTECEDENTES DEL EDIFICIO
Según relató, el edificio ya presentaba antecedentes graves. “En noviembre se cayó un pedazo de mampostería del piso 13 sobre la vereda. De milagro no pasó nada”, recordó.
Además agregó: “Varios vecinos me comentaron que tienen problemas con humedades y que dos locales sufrieron roturas de cañerías en los techos, lo que los obligó a cerrar varios días”.
La causa se encuentra bajo secreto de sumario, tal como lo establece el artículo 312 del Código Procesal Penal. Mientras tanto, vecinos y víctimas piden respuestas sobre el estado de la estructura y posibles responsabilidades en esta tragedia evitable.