El Cardenal de Córdoba realizó una encendida defensa por la paz, durante la ceremonia religiosa de este Domingo patrio y se manifestó contra las guerras y la violencia, tanto explícita como simbólica.
Monseñor Ángel Rossi pidió reflexionar sobre nuestro interior para fortalecer las buenas acciones y a través nuestro fortalecer la solidaridad entre prójimos.
Durante el mensaje que viene después de la lectura del Evangelio, Monseñor Rossi destacó que “Jesús en el Evangelio de hoy nos añade, nos regala el don de la paz. Necesitamos escuchar urgentemente este grito, a nivel mundial y a nivel de nuestra patria, que hoy día celebramos este grito de libertad. Necesitamos escuchar este grito, porque hay que empezar a secar lágrimas de tantos niños y ancianos, los preferidos de Dios. Que no nos olvidemos, que nos quede bien clarito, una sola lágrima de los niños es infinitamente más grande que todos los proyectos, es infinitamente más digna que todos los gestos. Una sola lágrima de los niños tiene en la balanza de Dios y de todo hombre bueno, cristiano o no cristiano, infinitamente más peso que todas las toneladas de razones que pongamos en el otro platillo y que pretendan justificar estas atrocidades bélicas que estamos viviendo”, expresó Rossi quien agregó que “La paz es posible porque es posible el amor, gritó un día Pablo VI. Y aquél grito se hizo eco en el corazón de sus sucesores. Nunca más la guerra, la guerra nunca más. Que nuestra oración, nuestra penitencia, nuestros gestos de solidaridad y nuestros esfuerzos por hacer y cuidar nuestra paz, la del mundo pero también la paz de nuestra patria, de cada día, haga brotar del corazón de toda la humanidad ese grito tan inmensamente deseado, ha estallado la paz.”
Más adelante el Arzobispo de Córdoba lanzó una invitación para que “ Trabajemos juntos. Uno ve la situación del mundo, por un lado agradece que no estemos en guerra, pero habrá que revisar nuestras microguerras, que quizás no son de la misma dimensión, pero también a veces lo que se vive y vemos en la tele, a veces en el ambiente de nuestra familia, a veces de nuestro barrio, de nuestra patria, en fin. Trabajemos todos juntos para avanzar hacia un nuevo horizonte de amor y de paz, de fraternidad y de solidaridad, de apoyo mutuo y de acogida.”
Ángel Rossi bregó para que “No cedamos a la tentación de desinteresarnos de los demás, de desimportarnos los unos a los otros, especialmente de los más débiles. No nos acostumbremos a desviar la mirada, sino comprometámonos cada día concretamente para formar una comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos de los otros.”
Por nuestra Patria
“Le pedimos a la Virgen, le pedimos especialmente por nuestra patria, a veces tan cascoteada, muchas veces esta patria que sigue, digamos así, esperando mejores tiempos, pero bueno, que nos animemos a creer que cada uno de nosotros, allí donde Dios nos ha puesto, somos constructores de ese mejor tiempo. De cada uno de nosotros depende una patria más linda. Se lo pedimos a la Virgen Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina, que ella nos ponga bajo su manto, que así sea”, concluyó Monseñor Rossi su homilía de este domingo patrio.