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Seis de cada diez supermercados admiten que se están quedando sin clientes

Todas las semanas se dan a conocer datos acerca de la drástica caída del consumo en la Argentina, principalmente en productos masivos como alimentos de primera necesidad, rubro que hasta marzo acumulaba 15 meses consecutivos de retracción y que sólo en el primer trimestre de este año llevó su desplome al 8,6%.

Recién en abril, y por primera vez desde que asumió el Gobierno de Javier Milei, al menos las cifras oficiales dieron cuenta de que la caída del consumo fue prácticamente nula (0,1%).

Sin embargo, no dijeron lo mismo los analistas de la consultora Radar Scanntech, que luego de auditar 3,4 millones de tickets de 725 autoservicios de todo el país señalaron que durante abril sí hubo caída en el consumo (1,5%), con un descenso del 10,5% en el interanual.

Ahora bien, los datos mayoritariamente tienen que ver con el consumo individual o de familias. Sin embargo, la semana que pasó se conocieron dos informes que pusieron de manifiesto que la crisis ya afecta a mayoristas y cadenas de supermercados.

Por un lado, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) reveló los datos de su Encuesta de Tendencia de Negocios a Supermercados y Autoservicios Mayoristas, la cual reveló como dato sobresaliente que casi seis de cada diez supermercados tienen serios problemas de demanda. Dicho de otro modo, se están quedando sin clientes.

Fuente Indec.

Los resultados oficiales indican que el 57,5% de las compañías consultadas en todo el territorio nacional advierte que “la baja demanda limita su capacidad comercial”. El dato, incluso, empeora al anterior, cuando el problema de la demanda fue marcado como principal obstáculo por parte del 55,1% de los súpers y mayoristas de la Argentina.

Al otro aporte lo hizo el último Informe de Coyuntura del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, realizado por economistas e investigadores de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). En él se destaca que el problema de los supermercadistas por la falta de demanda prácticamente se ha duplicado, en términos porcentuales, en relación a 2023.

Ocurre que en el último trimestre de aquel año, o sea antes de la asunción del actual gobierno, el 36% de los supermercadistas ubicaban a la caída de la demanda como el principal factor que limitaba su capacidad para aumentar la actividad comercial; ese número ahora se elevó al 56%.

Despidos

No menos preocupante es el segundo ítem que los empresarios señalan como su “principal problema”: el costo laboral. La encuesta realizada por el Indec indica que el 23,3% de los consultados identificó al “costo laboral” como el principal limitante de su rentabilidad.

De hecho, son más las empresas que anticipan una disminución de sus plantas de personal (17,8%), que quienes piensan en contratar nuevos empleados (2,7%). ¿El resto? No prevé cambios.

Precios

A mediados de abril, cuando se produjo la salida parcial del cepo cambiario y se efectivizó una devaluación del dólar oficial de entre el 8% y el 10%, la Cámara de Supermercados Mayoristas (CASMA) dio a conocer que no iba a aceptar listas de precios de los fabricantes de alimentos con "aumentos injustificados", medida que fue celebrada y hasta fogoneada por el ministro de Economía, Luis Caputo.

Desde entonces, la relación entre supermercadistas y fabricantes no atraviesa por su mejor momento y quedó de manifiesto en la reciente encuesta realizada por el Indec, donde el 57,7% de las empresas consultadas estima que sus proveedores les pasarán listas con aumentos de aquí a julio, más allá de que la inflación tenga señales de estabilización en torno al 2% o 3%. Muy por el contrario, sólo el 2,7% de los dueños de supermercados o autoservicios mayoristas cree que los precios disminuirán en el próximo trimestre.

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