Córdoba

Fiscales de Córdoba: en solo siete días se consiguió la evidencia contra Fernando Albareda

El seguimiento de algunas causas produce episodios que bien podrían dar pie a novelas, películas o series: el caso en que Susana Montoya fue asesinada por su hijo, Fernando Albareda, que además “plantó” evidencia para intentar desviar la pesquisa, sin duda es uno de ellos.

Ahora que la Cámara de Acusación confirmase la prisión preventiva de Fernando Albareda y rechazase los planteos de nulidad presentados por su defensa, el proceso contra el hijo de la víctima, Susana Montoya, entra en la recta final, de cara al juicio por el asesinato de su madre.

Fernando Albareda

Una colección de pruebas conseguidas en muy pocos días, con indicios y evidencias concurrentes, contrastando por los esfuerzos destinados a entorpecer la investigación se reconstruyen con todo detalle en la solicitud de elevación a juicio y permiten concluir que la evidencia crucial se estableció en los escasos siete días transcurridos entre el asesinato y la orden de captura del imputado.

El trámite

La Cámara de Acusación confirmó la prisión preventiva del imputado y rechazó los planteos de nulidad presentados por la defensa, esencialmente, cuestionamientos procesales que no hacen a la evidencia del caso.

Lo significativo es que luego de estos incidentes procesales se ha confirmado el mérito probatorio de la acusación, tanto por el juez de control como por la Cámara de Acusación.

El fiscal Juan Pablo Klinger solicitó formalmente este martes a la Cámara en lo Criminal y Correcciona, la citación a juicio de Fernando Albareda, para que responda como autor de los delitos de falso testimonio reiterado (art. 45, 55 y 275 CP) y homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por codicia, (art. 45, 54 y 80 incisos 1, 2 y 4 CP).

El falso testimonio es importante en la estrategia acusatoria porque da sustento a parte de las calificaciones del homicidio. El cargo de homicidio con esas calificaciones implica la pena máxima prevista por el Código Penal: prisión perpetua.

Los recursos de la defensa se agotan en esta instancia: si decidiesen apelar la elevación a juicio, los plazos son ordenatorios, es decir, el juez tiene un plazo de 5 días para resolver, pero no está obligado a cumplirlos. Seguramente entonces, en pocos días más, habrá fecha para el debate oral de este proceso.

Siete días cruciales

En el requerimiento de elevación a juicio hay una reconstrucción detallada de la semana de intenso trabajo de la fiscalía y todo el equipo de investigación, entre el momento del asesinato y la detención de Albareda, consumada cuando se había construido una muy sólida base para la acusación.

La investigación se desarrolló en esos escasos siete días en los que se incorporaron elementos de cargo contundentes que permitieron arribar a la conclusión que lo incriminó.
El escrito de presentación los resume del siguiente modo:

  • El viernes 02/08/2024 se produjo el hallazgo del cuerpo de Susana Montoya. Los primeros testimonios y entrevistas practicadas arrojaron que la última vez que Susana Montoya fue vista con vida fue el 01/08/2024; los informes médicos indicaban que al momento del hallazgo llevaba entre 20 y 24 hs. muerta; no se advirtieron forzamientos en las aberturas ni señal alguna de lucha.
  • El sábado 03/08/2024 se receptó el testimonio de Ricardo Albareda, quien narró detalles de la historia de vida de Susana y su familia. Se realizó la autopsia sobre el cuerpo de la víctima que como dato relevante arrojó la confluencia de traumatismo de cráneo y de asfixia como causa de la muerte.
  • El domingo 04/08/2024 se receptó el testimonio de Fernando Albareda, quien afirmó entonces que la última vez que vio con vida a su madre fue cuando la llevó al médico el 01/08/2024 y que había hablado con ella la noche de ese día para saber cómo le había ido en la consulta y sobre los estudios y análisis que debía realizarse.
  • El lunes 05/08/2024 se realizaron entrevistas, se tomaron testimonios de allegados, se recolectó e incorporó material de cámaras privadas para su análisis.
  • El martes 06/08/2024 Fernando Albareda fue admitido como querellante particular en la causa por el homicidio de su madre. Se incorporaron las imágenes de una cámara privada en las que se ve a un sujeto llegar a pie hasta la casa de Susana Montoya el 01/08/2024 alrededor de las 20.20 hs., que ésta le franquea el ingreso, permanece en el interior de la vivienda hasta las 20.26 hs., luego apaga las luces del porche desde el interior y se retira caminando, por lo que era posible inferir que esa persona era el asesino y que era alguien conocido, ya que Montoya le permitió entrar.
    En horas de la tarde, la cónyuge de Fernando Albareda prestó testimonio y refirió que su marido había salido de su domicilio para asistir a una reunión de trabajo en ese mismo horario (después de las 20 hs.).
  • El miércoles 07/08/2024 se incorporaron los registros de llamadas telefónicas, destacándose las efectuadas desde el teléfono fijo de la víctima hacia el aparato móvil de Fernando Albareda (a las 21:44 y 21:45 -con una duración de 09 y 07 segundos) horario en el que homicida se encontraba dentro de la vivienda de Montoya, que daban cuenta de inconsistencias de lo declarado por Albareda.
  • El jueves 08/08/2024 se incorporó el informe de Grafocrítica (que determinó que los manuscritos encontrados en la pared de la casa de Susana Montoya presentaban grafocinetismos afines con los carteles con mensajes intimidatorios que habían sido colocados en el domicilio de Fernando Albareda 8 meses antes), un Informe Dactiloscópico (huella del imputado en un vaso hallado en la mesa del comedor en la vivienda de la víctima) y las imágenes de cámaras y domos que dieron cuenta de la presencia del vehículo de Fernando Albareda (Eco Sport roja) estacionado a la vuelta del domicilio de su madre en esa misma franja horaria (entre las 20.20 hs. y las 22.26 hs.) y del recorrido efectuado por el encartado desde su vivienda hasta la casa de su madre.
El recorrido reconstruido con las cámaras de vigilancia del vehículo de Albareda, el día del crímenmapa: Captura de Pantalla

Esos fueron los elementos con que se produjo la imputación y detención de Fernando Armando Albareda por el homicidio de Susana Montoya.

En la etapa posterior, la fiscalía amplió el material probatorio, con una pericia grafológica adicional, con coincidencias precisas entre la escritura de Albareda, las amenazas escritas en el domicilio de su madre y las halladas en diciembre en su propio domicilio.

Este informe desacreditó la versión inicial de que dichas amenazas provenían de terceros vinculados a sectores parapoliciales, confirmando la presunción de que se trataba de un intento de desviar la pesquisa. Esta maniobra le valió la imputación por falso testimonio reiterado.

El ADN

También se agregó una pericia de diferentes elementos en que se recolectaron muestras para la determinación de ADN.

La ausencia de ADN del asesino en las muestras subungueales, en las que solo se halló ADN compatible con el de la víctima, no contradice la hipótesis de la fiscalía que señala que el ataque se debió producir por la espalda, con una soga con que primariamente se estranguló a la Susana Montoya.

En esa soga, aunque la pericia no es concluyente, se encontraron trazas, presumiblemente de restos de piel, de las que “no es posible excluir a Albareda Femando ni a Albareda Ricardo Enrique”. Esta probado que Ricardo estaba en Carlos Paz al momento del asesinato de su madre.

Los motivos

Según la acusación fiscal, Albareda planificó y ejecutó el crimen movido por resentimientos personales y un interés económico.

La familia había iniciado un reclamo administrativo para la restitución del estado policial de su padre, Ricardo Fermín Albareda, desaparecido durante la dictadura militar y recientemente reconocido como víctima, con una indemnización económica millonaria pendiente (poco más de 76 millones de pesos).

“La prueba incorporada da cuenta que Fernando Armando Albareda, planificó darle muerte a su madre, Susana Beatriz Montoya, motivado por el resentimiento que tenía hacia ella derivado de su historia vital. También obró impulsado por la codicia: un apetito desmesurado de riqueza, ante el inminente cobro del dinero proveniente de la resolución que hizo lugar al reclamo administrativo impetrado por ambos”.

La pericia psicológica

El fiscal Juan Pablo Klinger también agregó una pericia interdisciplinaria que describe a Albareda como una persona con rasgos psicopáticos y narcisistas, compatibles con la motivación criminal señalada.

Dice el requerimiento: “Esta motivación y estos sentimientos se corresponden con los rasgos de personalidad de Fernando Albareda observados por los profesionales que realizaron la pericia interdisciplinaria ordenada en autos, en la que se destacaron los componentes psicopáticos de su personalidad.”

En esta pericia, que la fiscalía considera una de las claves de este proceso, los profesionales señalaron que durante la misma “surgieron indicadores de agresividad expresa que puede llegar a ser de carácter destructiva, en tanto constituye un aspecto central de su personalidad. Esta agresividad se encuentra mixturada con componentes psicopáticos de personalidad. Es decir, la agresividad puede ser manifestada, tanto como reacción a eventos adversos, como con fines instrumentales en los que se destacan mecanismos psicopáticos que alientan comportamientos dirigidos a obtener beneficios personales. Si bien este individuo conserva la capacidad de advertir las reglas y valores que priman en la sociedad, tiende a veces, a establecer sus propias pautas de comportamiento que incluyen acciones dirigidas a conseguir beneficios personales”.

Huelga de hambre

A pesar de la contundencia del caso, Albareda mantiene su inocencia, está en huelga de hambre y será sometido a peritajes psiquiátricos para evaluar su estado mental.

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