Abrazo solidario de la Iglesia Católica en el Polo Sanitario
La Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Córdoba realizó un abrazo al Polo Sanitario de Córdoba como forma de fraternal solidaridad con aquellos que “son más frágiles en nuestra comunidad”.
En el lugar el arzobispo Ángel Rossi realizó una oración para solicitar el sostenimiento de los servicios sanitarios para aquellos que más lo necesitan, ocasión en la que estuvieron presentes trabajadores de los diferentes nosocomios del sector.
Rossi sostuvo que “en tiempos difíciles la Iglesia tiene la obligación de acompañar a todos y, sobre todo, de un modo particular a los que andan más cascoteados por la vida”.
Respecto de que su actitud pudiera molestar al Gobierno provincial, el cardenal puntualizó: “Yo creo que agradecer no molesta a nadie. Si les llega a molestar un agradecimiento, van a tener que ir a ver un psiquiatra”.
La convocatoria sirvió para que el jefe de la Iglesia Católica en Córdoba hiciera una bendición a los trabajadores. El encuentro fue calificado por la Pastoral como solidario y “sanadora al corazón del sistema de salud y es un gesto que simboliza el amor, la dignificación y la presencia viva de la Iglesia entre quienes sufren, sanan, cuidan y sostienen”, puntualizan.
El abrazo hospitalario explicaron que es un encuentro con los que sufren, con los que acompañan el sufrimiento, con los trabajadores de la salud, con las familias, con quienes claman por justicia en condiciones laborales muchas veces precarias.
Añadieron que abrazar significa dejar de ignorar al otro, decirle: “Aquí estoy. Aunque sea solo para mirarte o escucharte. Pero estoy con vos”.
“Queremos ser una Iglesia que camina junto a todos, especialmente junto a los más débiles, como nos enseñó el Papa Francisco: con cercanía, compasión y ternura. Porque si la oración no se traduce en movimiento, en salida, en contacto humano con el dolor del otro, se convierte en una oración a medias. Por eso proponemos gestos que unan oración y acción”, finalizó el comunicado de la Pastoral.
Además de esta actividad, la Pastoral convocó a que cada comunidad, parroquia, capilla, grupo y espacio pastoral realicen actividades “que visibilicen la esperanza y la solidaridad, a través de gestos simples y concretos”.
Proponen tres gestos concretos: celebración de una Misa con una ofrenda solidaria: la donación de pañales para niños o adultos en situación de pobreza, en fechas significativas del calendario pastoral; meriendas comunitarias en barrios populares o centros de jubilados: momentos de encuentro, escucha y fraternidad con los más pobres, con adultos mayores, con personas en situación de vulnerabilidad, y gestos territoriales de abrazo y presencia: invitar a las comunidades a llegarse hasta los espacios de sufrimiento, como dispensarios, hogares, centros de salud, llevando un mensaje de esperanza, ternura y dignidad.