Martín Llaryora defendió al INTA y denunció un vaciamiento por parte del Gobierno nacional
En medio de una creciente polémica por las reformas que impulsa el Gobierno nacional sobre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el gobernador, Martín Llaryora, se pronunció este domingo y defendió al organismo manifestándose en contra de las modificaciones y denunció un intento de vaciamiento por parte del Ejecutivo.
La polémica surge por una serie de reformas estructurales impulsadas por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, conducido por Federico Sturzenegger. A través de su secretario Maximiliano Fariña, el organismo justificó la reestructuración asegurando que busca "terminar con los ñoquis y la casta".
“Queremos sacar al Estado del medio porque el que tiene que decidir qué hacer con su campo es cada uno de los productores, no una persona sentada en Puerto Madero”, remarcó Fariña en una entrevista con Canal 10.
En ese sentido, a lo largo de los últimos días, funcionarios de distintas provincias, como Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires, La Pampa y regiones del sur del país, se manifestaron en defensa del organismo. Incluso la Mesa de Enlace mantuvo un encuentro con el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta, para expresar su disconformidad con los cambios previstos.
En ese contexto, Llaryora publicó un extenso mensaje en la red social X, en el que reivindicó el valor del INTA para el desarrollo para el campo argentino. “Quienes toman decisiones deberían venir al interior, recorrer nuestros campos y escuchar a los productores”, expresó.
“Desde el Obelisco, y sin diálogo, es imposible comprender la realidad de nuestra gente de campo”, escribió Llaryora.
El mandatario cordobés también puso en foco el impacto de las retenciones sobre la provincia. “Además de los más de 3.500 millones de dólares que el Estado nacional se lleva cada año de Córdoba por las retenciones, ¿también quieren destruir nuestro talento?”, cuestionó.
“Al INTA hay que modernizarlo, impulsar alianzas estratégicas con el sector privado y fortalecer su vínculo con el entramado productivo, científico y académico. Cerrar el INTA sería cerrar otra puerta al progreso y a la innovación que el país necesita”, sentenció.
Además, Llaryora defendió la trayectoria y el compromiso del organismo: “El INTA no sólo está presente en el campo: está en cada casa, en cada mesa y en cada alimento producido con tecnología, innovación y trabajo”.
Desde el gremio que representa a los trabajadores del INTA advirtieron que la medida afectará seriamente la autonomía del organismo y lo someterá al control directo del gobierno de turno.
“Lo que quiere hacer el gobierno actual es modificar esa estructura de manera que las decisiones que se tomen en función del futuro del INTA van a ser directamente determinadas por el Gobierno, y la parte privada no va a tener injerencia”, señaló Guillermo Condes, integrante del sindicato.