Bolsonaro declaró ante la Justicia y admitió haber tenido contacto con militares
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, es investigado como instigador de una trama golpista que tuvo lugar el 8 de enero de 2023 en Brasilia. Este martes prestó declaración ante la Corte Suprema y negó que hubiera existido un plan de ruptura democrática para impedir la asunción del actual mandatario Lula da Silva tras la victoria electoral de 2022. Sin embargo, Bolsonaro admitió que mantuvo conversaciones con altos mandos de las Fuerzas Armadas.
Frente al juez Alexandre de Moraes, relator del caso en la Corte Suprema y archienemigo del expresidente, Bolsonaro reconoció que discutió con jefes militares alternativas “dentro de la Constitución”, sin mayores detalles de qué tipo de alternativas estaban en consideración.
“Estudiamos posibilidades dentro de la Constitución, jamás saliendo de ella. No podíamos hacer nada fuera de ella”, expresó Bolsonaro, en un interrogatorio que tuvo una duración mayor a las dos horas
Bolsonaro fue declarado inelegible electoralmente hasta 2030 por la Corte Suprema de su país. Según manifestó el expresidente, las reuniones con los comandantes militares ocurrieron después de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) rechazó un recurso presentado por su partido, el Partido Liberal (PL), que exigía la anulación de parte de los votos por supuestas irregularidades en urnas electrónicas.
Bolsonaro declaró que, tras “pocas reuniones”, fue descartada la posibilidad de la declaración del estado de sitio. “Abandonamos esa posibilidad y enfrentamos el ocaso de nuestro gobierno. No había clima ni margen sólido para hacer otra cosa”, expresó con la intención de quitar responsabilidad a sus acciones durante sus últimos días al frente del Palacio del Planalto.
El testimonio de Bolsonaro fue el más esperado de los ocho acusados -ministros y militares- en el proceso judicial que investiga la desestabilización que tuvo su clímax el 8 de enero de 2023 en la sede de los tres poderes, en Brasilia.
Según la Procuraduría General de la República, Bolsonaro fue líder del “núcleo crucial” de la supuesta conspiración. En su comparecencia, y para quitar la atención del conflicto que lo tiene como acusado central, el expresidente tuvo tiempo en la sede judicial para elogiar a su propia gestión.
Bolsonaro se presentó junto a sus dos abogados y con un ejemplar de la Constitución, que levantó simbólicamente al referirse a su respeto por la legalidad, ante la mirada atónita del De Moraes.
El exmandatario fue el sexto acusado en declarar ante la Primera Sala del STF. La fiscalía lo acusa a él y a siete de sus aliados, entre ellos exministros y militares, de haber planeado un intento de ruptura democrática para impedir la asunción de Lula, que culminó con el destrozó material de las principales instituciones del Estado en el distrito federal de Brasilia.
El resto de los imputados son el exministro y general retirado Walter Braga Netto, candidato a vicepresidente en 2022; el exministro de Defensa Paulo Sérgio Nogueira; el exjefe de la Marina Almir Garnier; y el exministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, general Augusto Heleno. A los ocho se les imputan cinco delitos, entre ellos organización criminal y tentativa de golpe de Estado, con penas que, en conjunto, podrían superar los 30 años de prisión.