Córdoba

¿Por qué el consumo masivo sigue en caída libre si la inflación está casi planchada?

¿Es la inflación la única variable a tener en cuenta para hablar de recuperación económica. Claramente no. Sin embargo, también es cierto que no hay posibilidad de crecimiento con la constante suba de precios como un problema endémico y sin solución.

En ese callejón sin salida parecieran confluir los análisis que se están haciendo en la Argentina luego de que el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) diera a conocer esta semana que durante mayo el índice de precios al consumidor a nivel nacional se ubicó “sólo” en el 1,5%, el valor más bajo de los últimos cinco años.

Ninguno de los actores de la economía argentina, incluso los defensores del actual modelo libertario, se atreven a negar que el freno a la inflación que consiguió la gestión del presidente Javier Milei se sostiene, entre otras cosas, por la masiva caída del consumo, que a su vez se produce como una consecuencia lógica de la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, registrados e informales.

La ecuación “menor demanda=precios bajos” ha funcionado a la perfección en el plan económico del actual gobierno.

Dato no relato

Ocurre que a la par del índice de inflación aparecen otras variables a la hora de analizar la salud de la economía de cualquier país. Por ejemplo, el que mide el poder de compra que tienen sus habitantes. En mayo, y pese a la “celebrada” desaceleración de la inflación, ese índice volvió a mostrar una caía del 3,2% respecto al mismo mes de 2024, pese a que por entonces la economía ya estaba retraída por la devaluación sufrida en las ciernes del actual Gobierno.

¿La razón? El Gobierno le ha puesto un freno a los acuerdos paritarios entre privados (empresas/empleados) y sólo homologa aquellos que no superan el 1% mensual.

“Los salarios reales no exhiben una recomposición significativa”. ¿Quién lo dice? Damián Di Pace, Director de Focus Market, consultora encargada de hacer un relevamiento en 756 puntos de venta de todo del país que terminó arrojando la caída del consumo del 3,2%.

Para el economista, el sector más golpeado ha sido la clase media: “Aunque la inflación promedio mensual se modera, el alza en servicios, tras la corrección de precios relativos de la economía, resta capacidad de consumo en bienes. La recomposición salarial viene muy en línea con la inflación y los ajustes paritarios resultan insuficientes para revertir la caída acumulada del ingreso real", expresó Di Pace.

En la misma línea se pronunció Ricardo Diab, presidente de Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), para quien mayo fue un mes difícil para el consumo ya que las ventas minoristas tuvieron una caída del 2,9%. “El poder adquisitivo se aleja cada vez más del valor de los productos a comprar” puntualizó Diab.

Para CAME las ventas minoristas registraron una caída del 2,9% en mayo en comparación con el mismo mes del año pasado, y una caída del 0,7% en relación a abril pasado.

Ganadores y perdedores

¿Será que la Argentina se encuentra frente a un rotundo cambio en la redistribución de los ingresos? Si el consumo se achica, ¿es la clase media la que tiende a desaparecer y los sectores de mayor poder económico encuentran mayores opciones de crecimiento? ¿Y los más pobres?

Damián Di Pace entiende que "la baja de la inflación empodera mucho más a los pobres e indigentes que a la clase media, que aún ve suba elevada en servicios" y que "el miedo ya no es a que suba el precio, sino a no administrar el ingreso para llegar a fin de mes".

Según un informe del Centro de Estudios para la Recuperación Argentina de la UBA (Universidad de Buenos Aires), el poder adquisitivo de la clase media se deterioró en el primer año del Gobierno de Javier Milei debido al encarecimiento de los servicios del 33% frente a los bienes. Como consecuencia, el gasto de este segmento de la población en servicios pasó del 49% al 59% en apenas un año.

El estudio remarca que "los incrementos porcentuales en servicios esenciales fueron alarmantes". "El gas aumentó un 631%, el transporte un 707% y la electricidad un 390%, todos valores muy por encima del 129% que se vio en el rubro alimentos".

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