La fuga de cerebros, la otra cara del desfinanciamiento universitario
El desfinanciamiento al que están sometidas las Universidades de todo el territorio nacional provoca graves consecuencias en diversos sectores. Al cuestionamiento del gobierno mileista a la esencia de lo público, el deterioro salarial de los profesionales (administrativos, docentes y no docentes) se le suma también el perjudicial efecto sobre el sistema científico argentino.
Con un presupuesto congelado desde 2023 y reconducido a duras penas a la realidad del 2025, las Casas de Estudios se esfuerzan denodadamente para llegar a cubrir y sostener su oferta educativa básica y extensionista.
Una de las aristas de esta problemática, que hoy parece ignorada, es la brutal crisis que atraviesa el sector de la Ciencia en nuestro país. Un verdadero cientificidio lo han catalogado algunos especialistas.
Uno de los organismos claves del sistema científico nacional es el CONICET. El estado actual es realmente preocupante. Durante 2025 no ha habido altas, se suspendió el ingreso de investigadores y se rechazó la incorporación de 800 postulantes ya evaluados. A esto se le suma la baja inversión en Ciencia y Tecnología que hoy se acerca a un 0,15% del PBI
Pero el dato mas preocupante es la pérdida de 1500 agentes del CONICET. Una masa crítica y elemental de científicos, investigadores y profesionales de la ciencia. La famosa fuga de cerebros se ha profundizado desde 2023.
El programa Fuerte y Claro, por SRT Media, entrevistó a Sergio Dassie, investigador del CONICET y Director del Instituto de Investigadores en Fisicoquímica de Córdoba (INFIQC), quién analizó la situación que atraviesan.
“Estamos teniendo un éxodo, una fuga de cerebros", reflexionó Dassie y explicó que los efectos negativos de esta fuga de cerebros se va a ver dentro de unos 5 o 10 años.
“Tenemos un problema mas grande de fuga de personas, y no solo es una fuga al exterior, hay gente que se está yendo al sector privado”, destacó el investigador del CONICET.
Dassie remarcó que este talento que se está perdiendo es un conocimiento hipercalificado que el Estado nacional financió en algún momento del trayecto académico de estos profesionales. "Es el Estado quién ha financiado nuestra formación y es ese mismo Estado quién hoy está rifando ese conocimiento acumulado”, señaló el Director del INFIQC.
La fuga de cerebros, que en los 2000 adoptó una modalidad real migratoria (los científicos emigraron a otros países), hoy se ve modificada por la tecnología. Si bien los talentos se quedan en Argentina, ofrecen su conocimiento para proyectos del exterior o en el sector privado, que ofrece ventajas económicas mas notables.
Esto afecta seriamente al sistema de ciencia y tecnología local y a los desarrollos y avances que se puedan obtener en el área. “Cuando una persona se va, recuperar esa capacidad y conocimientos nos lleva décadas", afirmó Dassie.
“La situación es extrema. Hoy todas las investigaciones están paradas. Si esto sigue así en dos años no queda nada”, concluyó Sergio Dassie.