De siete hijos a uno solo: el silencioso derrumbe de la fecundidad en Argentina
El reemplazo generacional está en crisis y los especialistas en Demografía ya comienzan a advertir por los peligros de esta tendencia. Durante décadas, Argentina fue un país con tasas de fecundidad que aseguraban de manera plena este proceso de recambio.
A comienzos del siglo XX, el promedio en nuestro país era de siete hijos por mujer. A partir de ese momento comenzó un lento pero sostenido proceso tendiente a la reducción de la natalidad, hasta tocar hoy pisos históricos.
Para mediados de la década de 1950 ese promedio ya se había reducido a 3 hijos por mujer y se mantuvo estable por un tiempo. En los años 90 la tasa descendió de 3 a 2,3 hijos por mujer y eso se mantuvo hasta 2014 cuando, de manera abrupta, se aceleró el descenso de los nacimientos.
2018 marca el momento de un quiebre histórico. La fecundidad comenzó a caer por debajo del nivel de reemplazo y alcanzó el promedio de 1,4 hijos por mujer en 2024. Esto se traduce en una caída de un 40%.
En el periodo 2014 – 2024 el país pasó de registrar 770.000 nacimientos por años a tan solo 400.000 mil el año pasado. Es la cifra mas baja de nacimientos en mas de medio siglo.
¿Esta tendencia es irreversible?
El programa Fuerte y Claro, por SRT Media, charló con Enrique Peláez, director alterno del Doctorado en Demografía y docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC, que analizó los resultados del informe y las consecuencias que le puede traer a la Argentina este problema.
El fenómeno es multicausal e incluye variantes como la economía y lo laboral. Pero Peláez señaló que la principal causa o factor es el cultural. Desde hace 50 años y hasta hoy el mundo ha experimentado una serie de cambios culturales que modificaron algunas concepciones y proyectos de sociedad.
Peláez afirmó que uno de estos cambios puede ser que las generaciones nuevas tienen cada vez menos mandatos sociales y se priorizan mucho mas los proyectos individuales.
“Ha caído mucho el deseo de tener hijos, ahora están primero el desarrollo personal, viajar o divertirse. Los jóvenes hoy no es que dicen no vamos a tener hijos, no está en agenda", destacó Peláez.
“Evidentemente esto tiene consecuencias económicas, laborales y sociales”, profundizó Peláez y advirtió que la tendencia modifica estructuras sociales, y la configuración de las políticas públicas. “Primero vamos a ver una caída en la demanda de educación inicial, luego primaria”, advirtió el demógrafo y agregó que luego también se verá afectado “el mercado laboral, el sistema previsional y de pensiones”.
Sin embargo a estos números en crudo también subyacen datos o indicadores positivos. El docente de la UNC señaló que el hecho de que concuerden la cantidad de hijos deseados con los que se tienen efectivamente es una buena noticia. Como así también lo es, la fuerte baja en la tasa de fecundidad adolescente.