Shein, Temu y AliExpress: el boom de los productos importados en Argentina
Con la apertura indiscriminada de las importaciones como una de las políticas centrales del gobierno libertario, se van redefiniendo los modos de consumir de los argentinos. Plataformas como Shein, Temu y AliExpress se convirtieron en el fenómeno del consumo del momento.
Estos gigantes chinos del e-commerce con la fórmula precios bajos y envíos rápidos pusieron en jaque a la industria nacional, sobre todo la textil, rubro que viene en franca caída y crisis desde hace meses.
Según cálculos de la Fundación ProTejer y de diversas cámaras de empresarios textiles, ya el 80% de la ropa que proviene del exterior se adquiere a través de Shein, la plataforma de ultra fast fashion. En la ecuación ingresa también la fuerte publicidad encubierta a través de influencers y anuncios targeteados en redes sociales.
El fenómeno es sostenido en los números. Entre enero y mayo, las importaciones vía courier en nuestro país aumentaron un 58% en comparación al mismo periodo del 2024. Tecnología, ropa y accesorios lideraron el ranking.
El modelo de producción asiático
Shein es una firma con sede en Singapur pero que tiene su centro manufacturero y de exportación en la ciudad china de Guangzhou. Temu por su parte fue fundada por Colin Huang y un holding de empresarios chinos aunque su sede es en Boston (Estados Unidos). Por último, AliExpress es una corporación de capitales chinos situada en la ciudad de Hangzhou.
Tras el boom del consumo a través de estas aplicaciones se abrió el debate a cerca de los métodos de producción asiáticos y el impacto con el medio ambiente.
Según un informe de la BBC este modelo se abastece y sostiene a través de cientos de miles de trabajadores que cumplen semanas laborales de hasta 75 horas y sin descanso (en clara contravención con las leyes de trabajo). Según este mismo informe, muchos de los trabajadores cobran sueldos que varían desde los 4.000 a los 10.000 yuanes al mes, muy por debajo de los estandares internacionales.
Asociaciones ambientales del mundo han puesto su crítica también en la gran contaminación que el sistema de fast fashion produce en el mundo. Algunos organismos revelaron que algunas de las prendas que se producen estas corporaciones contienen tóxicos como cadmio y plomo.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas estimó que esta practica en la confección de prendas de vestimenta representa entre el 8% y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero. El descarte de los desechos textiles también ha sido puesto en el ojo de la crítica internacional