Israel atacó Damasco y amenaza con una ofensiva mayor en medio de una rebelión interna
En el marco de una ofensiva indetenible, Israel bombardeó el miércoles el cuartel general del ejército sirio en Damasco, tras la amenaza de intensificar sus ataques contra las fuerzas gubernamentales si no se retiran de Sweida, ciudad de mayoría drusa en el sur de Siria en donde murieron más de 300 personas en varios días de violencia.
Los enfrentamientos comenzaron el domingo entre combatientes drusos y tribus beduinas sunitas, después del secuestro de un comerciante de verduras druso, que desencadenó una serie de raptos en represalia, según la versión del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En medio de esta escalada, el ejército israelí lanzó un ataque cerca de la entrada del Ministerio de Defensa sirio en Damasco y, varias horas después, realizó un bombardeo de mayor envergadura contra el mismo objetivo. Según las autoridades israelíes, el operativo busca proteger a la minoría drusa frente a los abusos de las fuerzas del régimen. En la mirada de diversos observadores internacionales, más bien resulta un intento de incidir en el proceso político en Siria.
Tras los ataques, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, expresó su profunda preocupación por la situación y pidió el fin de los combates. “Estamos muy preocupados. Queremos que los combates paren porque teníamos un alto el fuego anoche que se rompió de nuevo”, declaró durante un encuentro en Washington con el ministro de Exteriores de Barhéin.
El jefe de la diplomacia estadounidense agregó que ha mantenido llamadas con las partes implicadas y que también están “preocupadas”. Como en todos los casos, “las preocupaciones” de Washington en lo concerniente a violaciones de alto el fuego israelíes no se traducen en ninguna acción concreta.
La situación
El Ministerio de Defensa sirio había responsabilizado a las milicias de Sweida, de mayoría drusa, de violar el alto el fuego acordado el martes, lo que habría llevado a la intervención del ejército sirio.
En un comunicado, el ministerio sostuvo que sus tropas actuaron “en cumplimiento de las normas de combate para proteger a los residentes, prevenir daños y garantizar el regreso seguro a sus hogares de quienes abandonaron la ciudad”.
A pesar de la violencia, las autoridades sirias anunciaron este miércoles un nuevo alto el fuego en Sweida. Según una fuente del Ministerio del Interior citada por la agencia oficial Sana, se alcanzó un acuerdo para cesar los enfrentamientos y desplegar puestos de control de seguridad en distintos puntos de la ciudad.
Escalada
El número de muertos en Sweida superó los 300 desde el domingo, de acuerdo con el OSDH, que revisó al alza un balance anterior de 248 fallecidos.
Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, afirmó que el ejército seguirá atacando a las fuerzas sirias hasta que se retiren y avisó que el nivel de respuesta aumentará, según informaron el miércoles medios de comunicación locales.
Katz también dijo que el gobierno sirio debería “dejar en paz a los drusos” tras los recientes enfrentamientos en la ciudad siria de Sweida, informaron medios israelíes.
Israel también lanzó una serie de ataques aéreos contra convoyes de fuerzas gubernamentales en el sur de Siria desde que estallaron los enfrentamientos y reforzó sus fuerzas en la frontera.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, dijo en un comunicado el martes por la noche que Israel tiene “un compromiso de preservar la región suroeste de Siria como un área desmilitarizada en la frontera de Israel” y tiene “la obligación de salvaguardar a la población drusa”.
Israel adoptó una postura agresiva hacia los nuevos líderes de Siria desde la caída de Bashar Al-Assad y aseguró que no tolerará milicianos islamistas cerca de sus fronteras. Las fuerzas israelíes han tomado una zona de amortiguamiento patrullada por la ONU en territorio sirio a lo largo de la frontera con los Altos del Golán y han lanzado cientos de ataques aéreos sobre sitios militares en Siria.
Los drusos son considerados por Israel como una minoría leal y a menudo sirven en el ejército. En Siria, los drusos han estado divididos sobre cómo tratar con los nuevos líderes del país. Algunos abogan por integrarse en el nuevo sistema, mientras que otros desconfían de las autoridades en Damasco y han presionado por una región drusa autónoma.
El gobierno del presidente Donald Trump pidió ayer a Israel que detenga sus ataques contras las fuerzas militares sirias en el sur del país, informó Axios, que citó a un funcionario estadounidense. La misma fuente informó que Israel estaba de acuerdo en cesar los ataques ayer por la noche.
Mientras tanto, seguían apareciendo informes de ataques contra civiles y los drusos con familiares en la zona de conflicto buscaban desesperadamente información sobre su suerte en medio de cortes de comunicación.
Una ofensiva rebelde liderada por grupos insurgentes islamistas derrocó en diciembre al veterano líder despótico de Siria, Al-Assad, poniendo fin a una guerra civil de casi 14 años. Desde entonces, los nuevos gobernantes del país han luchando por consolidar el control.
Los líderes, mayoritariamente musulmanes sunitas, han sido objeto de sospechas por parte de las minorías religiosas y étnicas, cuyos temores aumentaron tras los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los grupos armados pro-Assad en marzo, que derivaron en ataques sectarios de venganza. Cientos de civiles de la minoría religiosa alauita, a la que pertenece Al-Assad, fueron asesinados.
Drusos
La secta religiosa drusa surgió en el siglo X como una rama del ismailismo, una rama del chiismo. Más de la mitad del millón de drusos que hay en todo el mundo vive en Siria. La mayoría de los demás drusos residen en el Líbano e Israel, incluyendo los Altos del Golán, territorios que Israel arrebató a Siria en la Guerra de los Seis Días de 1967 y anexó en 1981.
La última escalada en Siria comenzó con secuestros y ataques ojo por ojo entre tribus beduinas sunitas locales y facciones armadas drusas en la provincia del sur.
Las fuerzas gubernamentales que intervinieron para restablecer el orden se enfrentaron entonces con los drusos.
No se han publicado cifras oficiales de víctimas desde el lunes, cuando el Ministerio del Interior sirio anunció la muerte de 30 personas. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido, indicó que más de 250 personas habían muerto hasta la mañana del miércoles, entre ellas cuatro niños, cinco mujeres y 138 soldados y miembros de las fuerzas de seguridad.