La noche en Parque de los Patricios fue testigo de un episodio insólito que profundizó la crisis de Boca Juniors, que no levanta cabeza. Tras un primer tiempo dominado por Huracán, el técnico Miguel Ángel Russo decidió un "volantazo" táctico, pero una descoordinación total en la comunicación desencadenó la furia de su delantero uruguayo, Miguel Merentiel.
La confusión en el campo y la furia en el vestuario
Cuando el cartel luminoso del cuarto árbitro indicó el ingreso de Milton Giménez en lugar de Merentiel para el inicio del segundo tiempo, el delantero uruguayo no se dio por aludido. Estaba conversando con Milton Delgado en el centro del campo, mientras Giménez esperaba desorientado para ingresar. La sorpresa fue total para Merentiel, quien, al percatarse de que era el reemplazado, abandonó el campo de juego corriendo hacia el vestuario, visiblemente confundido y sin entender lo que sucedía.
Según las averiguaciones, la bronca de Merentiel fue tal que terminó rompiendo el vidrio de la puerta del vestuario del Palacio Tomás Adolfo Ducó, donde Huracán hace de local. El personal de seguridad de Boca Juniors tuvo que disculparse con la dirigencia del "Globo" y se comprometió a cubrir los costos de reparación del daño.
Explicaciones y consecuencias de un error costoso
En la posterior conferencia de prensa, Miguel Ángel Russo intentó explicar la situación, atribuyendo la confusión a "un tema de papeles" y al cuarto árbitro. Esta explicación sugiere una falta de comunicación directa del cuerpo técnico hacia el jugador en el vestuario, dejando entrever una deficiencia interna en el manejo del equipo.
Más allá del incidente puntual, este "papelón" se suma a la peor racha sin victorias en la historia de Boca Juniors. Con la derrota 1-0 ante Huracán (con gol de Matko Miljevic a los 20 minutos del segundo tiempo), el equipo de Russo alcanzó los 11 partidos sin triunfos, una marca histórica negativa.
Un precedente evitado: la diferencia con el caso riestra
Inicialmente, la situación generó preocupación sobre si Boca saldría al segundo tiempo con 12 jugadores. Sin embargo, afortunadamente para el "Xeneize", la confusión se resolvió a tiempo y Boca no llegó a jugar con un futbolista de más.
Este escenario trae a la memoria un antecedente similar ocurrido el 24 de agosto del año pasado, cuando Riestra jugó con 12 futbolistas contra Sarmiento durante parte del segundo tiempo. En aquella ocasión, un doble cambio de Riestra no fue correctamente ejecutado, y el jugador Jonathan Sánchez, que debía salir, permaneció en el campo mientras Sarmiento continuaba el juego. A diferencia de ese episodio, la rápida reacción en Parque de los Patricios evitó que Boca incurriera en una infracción similar, lo que habría agregado un problema aún mayor a su ya delicada situación.
El incidente de Merentiel, aunque resuelto antes de generar una sanción deportiva, es un claro reflejo de la desconcentración y el caos que atraviesa Boca Juniors en uno de los momentos más críticos de su historia deportiva.