Córdoba

La noche en que Alejandra Oliveras hizo historia en Tijuana

El boxeo argentino despide a una de sus grandes protagonistas. Alejandra “Locomotora” Oliveras, multicampeona y pionera del pugilismo femenino nacional, falleció este lunes a los 47 años luego de permanecer internada por un accidente cerebrovascular. En medio del dolor por la noticia, resurge uno de los momentos más icónicos de su carrera: el combate que la llevó a la cima en tierras mexicanas.

La noche del 20 de mayo de 2006, Oliveras llegó a Tijuana como una figura emergente del boxeo nacional. Con apenas siete peleas como profesional, enfrentó a la local Jackie Nava, campeona supergallo del Consejo Mundial de Boxeo, en un contexto de claro favoritismo para la mexicana. Sin embargo, la historia tomaría un rumbo inesperado.

Con una actuación que combinó potencia, determinación y estrategia, la boxeadora nacida en Jujuy derribó dos veces a Nava en el segundo asalto y terminó definiendo el combate en el octavo round con un zurdazo demoledor. Esa victoria no solo le dio su primer título mundial, sino que la convirtió en la primera argentina en consagrarse campeona fuera del país bajo una entidad reconocida internacionalmente.

X de Fernando Sabatini

El combate marcó un punto de inflexión en la carrera de Oliveras. Fue el primero de los cuatro títulos mundiales que obtendría en distintas categorías (supergallo, pluma, ligero y superligero), y cimentó su lugar como una de las máximas exponentes del boxeo argentino.

Aquel cinturón conseguido en Tijuana fue también un símbolo de superación personal. Según ella misma relató, el objetivo era dedicarle la victoria a su padre, Luis, quien la había incentivado desde sus primeras peleas. Su camino, que comenzó en el interior cordobés y se proyectó al mundo, inspiró a una generación de boxeadoras que encontraron en la Locomotora un modelo de coraje y ambición.

X de ElBuni

El recuerdo de esa gesta vuelve a tomar fuerza tras su fallecimiento. Oliveras había sido internada hace dos semanas en Santa Fe, tras presentar síntomas compatibles con un ACV isquémico. Su estado se agravó con el paso de los días, y pese a los esfuerzos médicos, su vida se apagó este lunes, dejando un legado imborrable.

A casi dos décadas de aquella noche en Tijuana, el nombre de Alejandra Oliveras sigue escrito con fuerza en la historia grande del deporte argentino.

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