Conor McGregor, reconocido exluchador de artes marciales mixtas y excampeón de UFC, recibió un nuevo revés judicial en su país natal. El Tribunal Superior de Dublín desestimó la apelación que había presentado contra el fallo que lo responsabiliza, en un proceso civil, por una agresión sexual ocurrida en diciembre de 2018.
La resolución confirma lo dictaminado anteriormente por el jurado, que determinó que McGregor deberá abonar una compensación cercana a los 250.000 euros a Nikita Hand, la mujer que impulsó la demanda. En el juicio se presentaron pruebas médicas que respaldaron su testimonio, incluyendo lesiones internas y hematomas.
El deportista irlandés, quien no estuvo presente en la audiencia de apelación, intentó introducir nuevas evidencias y argumentó que algunas de sus declaraciones ante la policía no debían haber sido consideradas por el jurado. No obstante, los tres jueces encargados del caso consideraron que no había fundamentos suficientes para modificar la sentencia.
Tras conocerse la decisión, Nikita Hand expresó su agradecimiento por el acompañamiento recibido y destacó la dificultad de atravesar el proceso judicial. En un breve testimonio público, señaló: “Revivir los hechos fue sumamente traumático. A quienes estén pasando por algo similar, les digo: no se queden calladas”.
En paralelo, McGregor había publicado recientemente un video en sus redes sociales anunciando su intención de regresar a la UFC y comunicando que se había sometido a controles antidopaje. La confirmación de esta sentencia civil pone en duda, una vez más, su eventual retorno a la competencia profesional.