Córdoba

Hilario Ascasubi, una relectura a 150 años de su muerte

A pesar de las dificultades que azotan al panorama universitario público o los recursos estatales en general y las restricciones económicas que jaquean a la industria del libro en particular, la Editorial de la UNC, dirigida por Marcelo Bernal, esta vez en coedición con la Agencia Córdoba Cultura cuyo titular es Raúl Sansica, aciertan con un texto notable.

El volumen Ascasubi, recientemente editado por los reconocidos Leandro Calle (es su tercer título en la Editorial de la UNC) y Matías Rodeiro, llega en un momento oportuno: se cumplen 150 años de la desaparición física de Hilario Ascasubi, y la figura del poeta, militar, diplomático, tipógrafo y exiliado nacido en 1807 en Fraile Muerto (hoy Bell Ville) vuelve a cobrar presencia en el campo cultural nacional. No solo como homenaje, sino como invitación a releer (o leer por primera vez) su obra, encontrarnos con su tiempo, intentar pensar la Argentina como la imaginaron el autor y algunos de sus coetáneos (sus amigos) como Domingo F. Sarmiento o Vicente Fidel López y situarla en su justa densidad histórica: la de un autor rioplatense, popular y político, que supo conjugar como pocos el sable con la décima.

Una vida entre partidas y versos

El volumen, de excelente factura (contando con la aquilatada coordinación editorial de Lorena Díaz) se abre con “Ascasubi, el cordobés errante”, una precisa semblanza literaria escrita por Leandro Calle, que acierta al destacar las nociones vitales de su estilo, referir la opinión y la influencia en autores como Leopoldo Lugones o Jorge Luis Borges, como también apuntar al peso de la realidad (de la que fue actor) en su obra y recíprocamente, la influencia de ésta en pasajes de su tiempo, participando de un movimiento que forja una voz literaria marcada por graves enfrentamientos, el desarraigo y un compromiso político que en el caso del Río de la Plata, trascendía fronteras.

El capítulo que sigue es una pieza de valor historiográfico: la traducción del texto francés de 1863 “Breve biografía y una página de la historia. El coronel don Hilario Ascasubi” de Benedict Gallet de Kulture, traducido también por Calle, que retrata al escritor con un aire romántico y caballeresco, resaltando los hechos más singulares de su vida con una prosa vívida que devuelve a Ascasubi su espesor mítico.

La trilogía

El corazón del libro está dedicado a los tres textos fundamentales del corpus ascasubiano: “Santos Vega o los mellizos de la flor”, “Aniceto el Gallo” y “Paulino Lucero”, extractos todos reproducidos desde las Obras completas editadas en París en 1872, mientras Ascasubi ejercía funciones diplomáticas.

Estos textos, que combinan clave gauchesca pero cargada de intencionalidad política, acreditan que el Ascasubi escritor está atravesado por el Ascasubi militar: su experiencia en el combate y en los exilios marca su tono, su visión del país y su representación del gaucho como sujeto sociopolítico. Es cierto que, como apunta Borges en su Curso de Literatura Argentina (Sudamericana, 2024), la literatura gauchesca fue compuesta por hombres de ciudad que tenían que representarse los modos y las actitudes de los hombres de campo, como antes de Ascasubi lo hizo el uruguayo Bartolomé Hidalgo (1788-1822). El gaucho de Ascasubi es un testigo del tiempo que vive, refiriendo sus vicisitudes. Continuarán esa línea otros autores, como José Hernández con su Martín Fierro (1872): el trovador rural como figura arquetípica y trágica de una identidad nacional en disputa.

Una parábola vital e intelectual

Prosiguiendo con la obra, aparece finalmente el ensayo de Matías Rodeiro titulado “Parábola de un gaucho cordobés” que resume con agudeza el recorrido de Ascasubi: Fraile Muerto, Montevideo, Caseros, el Paraguay, París, Buenos Aires, una vida que desafía las clasificaciones y que enlaza oficios múltiples: soldado, editor, diplomático, periodista, panadero, poeta, quizá buscador de oro en California. Rodeiro traza una curva biográfica que es también simbólica, donde Ascasubi deviene figura enigmática y pionera, no solo de la gauchesca, sino de la literatura argentina en general en un recorrido geográfico que también es geopolítico y si se me permite el giro, geo-cultural.

El ensayo sugiere que Ascasubi no puede pensarse únicamente como un autor argentino, sino como un actor cultural rioplatense, cuya obra se nutre de los cruces entre Argentina y Uruguay, entre oralidad y escritura, entre romanticismo europeo y formas populares. Alcanzando un plano transnacional, como parte de una cultura letrada del Plata que dio forma al pensamiento político, estético e identitario de la región.

Un libro necesario para una relectura crítica

La edición de Ascasubi es, sin duda, una contribución valiosa a la recuperación y actualización de un autor muchas veces relegado. Con equilibrio entre divulgación y rigor, los editores logran abrir una puerta de acceso al universo de Ascasubi sin simplificaciones, proponiendo una lectura que combina historia, literatura y mito.

Celebrar los 150 años de su muerte con esta edición es una invitación a repensar el siglo XIX rioplatense, sus derivas, sus escrituras y sus voces. Y en ese ejercicio, Ascasubi vuelve a mostrarse como lo que fue: un combatiente que supo pelear con versos afilados como lanzas. Citando a Calle, “si lo que se necesita para sobrevivir es verdadera originalidad, un talento que la naturaleza se ha encargado de moldear, el amor por lo que es justo y útil, Ascasubi tiene garantizado no morir”.

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