«Dios mío»: la reacción de Colapinto tras la parada en boxes que arruinó su carrera
La frustración fue inevitable. “Dios mío”, alcanzó a decir Franco Colapinto cuando salía de su segunda parada en los pits luego de una carrera para el olvido en el Gran Premio de Hungría. La escudería Alpine no solo falló en la estrategia, sino que también le complicó la jornada con dos paradas en boxes que fueron un verdadero calvario.
El argentino, que había mostrado un ritmo competitivo en las primeras vueltas, vio cómo todo se desmoronó con su primera detención en pits, que se extendió a 7.0 segundos debido a problemas en la colocación del neumático delantero izquierdo.
Como si fuera poco, en la segunda parada la situación se repitió, e incluso empeoró: 7.2 segundos demoraron los mecánicos en despachar el coche, lo que dejó a Colapinto completamente fuera de la pelea.
La estrategia del equipo tampoco ayudó. En dos momentos clave, cuando el piloto de Pilar estaba girando con tiempos sólidos en la zona media del pelotón, Alpine decidió llamarlo a boxes, desfasándolo de las ventanas ideales de parada y comprometiendo su rendimiento en pista.
A nivel resultados, la jornada fue un desastre total para Alpine. Pierre Gasly, compañero de equipo de Colapinto, fue penalizado por exceder los límites de pista y terminó último, por detrás del argentino, completando el día negro para la escudería francesa.
El ganador de la carrera, Lando Norris (McLaren), tuvo que exigirse al máximo para contener a su compañero Oscar Piastri en un final electrizante digno de película. La batalla interna de McLaren mantuvo en vilo a todo el paddock, mientras que George Russell (Mercedes) completó el podio tras superar a Charles Leclerc, quien no pudo capitalizar la pole position de la jornada anterior. Norris se impuso tras 70 vueltas con una estrategia de una sola parada, clave para sostener la diferencia en los últimos giros.