Central tuvo un flojo desempeño y sacó un empate en Tucumán
Central volvió a mostrar dificultades en su funcionamiento y empató 0-0 frente a Atlético Tucumán, en condición de visitante. El resultado dejó un sabor ambiguo: por un lado, el equipo sumó su tercer partido consecutivo con la valla invicta; por el otro, sigue padeciendo una alarmante falta de gol, con apenas dos tantos en el torneo, ambos convertidos de penal.
En la primera mitad, el conjunto rosarino la pasó realmente mal. Una atajada clave de Broun y tres salvadas sobre la línea evitaron que Atlético se fuera en ventaja. El cambio de esquema que Ariel Holan había planificado para esta ocasión no surtió efecto, y el Canalla no logró inquietar al rival, que impuso un ritmo intenso en todos los sectores de la cancha.
La pobre producción inicial quedó confirmada con una decisión drástica: Holan dejó a O’Connor en el vestuario para la segunda parte, tras un primer tiempo en el que su aporte fue limitado. Atlético, consciente de sus virtudes y defectos, apeló a un juego directo y a la intensidad constante, lo que le permitió ser superior en los 45 minutos iniciales.
En el complemento, el entrenador movió piezas y adelantó a Enzo Giménez al mediocampo. Ese ajuste le dio más soltura a Central, que mostró una mayor solidez y hasta generó dos chances claras de gol. Sin embargo, ambas oportunidades llegaron por errores en la salida de Atlético, y no por una construcción propia de juego.
Esa es precisamente la gran deuda del Canalla: la generación de peligro por sus propios medios. Le cuesta demasiado elaborar jugadas colectivas y depender únicamente de fallas rivales es una receta frágil para sostener resultados positivos.
Holan insiste en que el fútbol argentino es parejo y que partidos cerrados como el de Tucumán abundan en el calendario. Aun así, resulta urgente que encuentre una identidad clara para su equipo, sobre todo considerando que viene de ser el mejor del Apertura y que incorporó figuras como Di María y Véliz para potenciar el plantel.
En esta búsqueda, Central apostó nuevamente a la pelota parada como herramienta para lastimar, pero tampoco pudo sacar provecho de las que tuvo en el José Fierro. El déficit en el juego colectivo fue notorio, y la falta de variantes ofensivas preocupa cada vez más.
Ya son cuatro partidos consecutivos en los que el equipo no logra aprobar en la asignatura de la generación de juego. El tiempo apremia y el Canalla necesita encontrar respuestas pronto si quiere volver a mostrar el rendimiento que lo llevó a la cima en el semestre anterior.
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