Del boom al olvido: por qué el sistema Start-Stop desaparece de los autos modernos
El sistema de arranque y parada automáticos, más conocido como Start-Stop, fue uno de los recursos tecnológicos más difundidos en la última década. Su funcionamiento es simple: cuando el vehículo se detiene —por ejemplo, en un semáforo— el motor se apaga, y vuelve a encenderse cuando el conductor pisa el embrague o suelta el freno en los modelos automáticos.
Su objetivo inicial fue claro: ahorrar combustible y reducir emisiones contaminantes, especialmente en circulación urbana. Por eso, desde principios de los 2000 comenzó a incorporarse de manera masiva y, a partir de 2012, ganó impulso gracias a incentivos fiscales en Europa y otros mercados.
Sin embargo, la tendencia cambió. Con el crecimiento de los vehículos híbridos y eléctricos, la presencia del Start-Stop empezó a ser cada vez menos necesaria. En los híbridos, la transición entre motor térmico y eléctrico hace que el encendido y apagado sea automático, mientras que en los eléctricos directamente no existe un motor a combustión que justifique este sistema.
En la actualidad, su utilización se limita a autos de combustión tradicional y algunos microhíbridos, donde todavía aporta ventajas. No obstante, especialistas y usuarios mantienen un debate abierto: para algunos es un aliado de la eficiencia; para otros, un factor de desgaste en componentes como la batería y el motor de arranque.
🔎 Ventajas y desventajas del Start-Stop
Pros | Contras |
Reduce emisiones contaminantes en ciudad | Posible desgaste adicional de batería y motor de arranque |
Ahorro de combustible en trayectos urbanos con muchas paradas | En trayectos cortos, el beneficio en consumo puede ser mínimo |
Funciona de forma automática y sin intervención del conductor | Algunos conductores lo consideran molesto y prefieren desactivarlo |
Contribuye al cumplimiento de normativas ambientales | En ciudades con mucho tránsito, puede generar arranques más bruscos |
📉 ¿Por qué está desapareciendo?
- Innecesario en híbridos y eléctricos: el motor se gestiona de manera automática o no existe motor de combustión.
- Nuevas tecnologías: la electrificación total relega los sistemas diseñados para optimizar motores térmicos.
- Preferencias de usuarios: una parte de los conductores prefiere desactivarlo, lo que redujo su atractivo.
En conclusión, el Start-Stop, que alguna vez fue un símbolo de la modernización de los motores de combustión, se encamina hacia su desaparición con el avance de la movilidad eléctrica y las regulaciones ambientales más estrictas.