Desde el Centro Vecinal del barrio Güemes, vecinos de bulevar San Juan al 700, donde se están realizando cortes sucesivos derivados del proceso de bulevarización, manifiestan su preocupación por las implicancias de esta obra que comenzó hace varios meses.
En declaraciones al programa FUERTE Y CLARO de Canal 10 y el streaming de SRT Media, Rodolfo Petrini, integrante del Centro Vecinal del barrio Güemes, dijo que están trabajando mucho junto a los vecinos y que han hecho un relevamiento para tratar de contener los ánimos caldeados que esta obra ha generado.
Petrini relató que “los vecinos padecieron el derrumbe del edificio hace unos meses acá en bulevar San Juan al 600 y en ese momento se quedaron sin público, sin tránsito. Después empezó la obra de la bulevarización, entonces todos los vecinos desde Artigas —hablo desde Artigas porque estamos en barrio Güemes, pero en realidad es desde Mariano Moreno— la obra viene avanzando llamativamente muy despacio; está demorando unos tres meses por cuadra y no se termina, y los vecinos necesitan vender. Entonces nosotros, como Centro Vecinal, estamos viendo cómo ayudar para gestionar con la Municipalidad algo que les sirva, como por ejemplo relevar qué comerciantes son afectados para que no les cobren los impuestos, cosa que la Municipalidad ya dijo que iba a hacer. Vino a relevar solamente a los que están al lado del derrumbe; al resto de los vecinos la Municipalidad no los visitó.”
“Nosotros fuimos a la Municipalidad, propusimos un relevamiento y que ustedes hagan la exención según avance la obra. Nos dijeron que sí, presentamos los trámites y recién esta semana están ingresando para que resuelvan”, se quejó el vecino.
Esta semana, en estos días, hubo una tarea del Centro Vecinal que fue muy interesante: acordaron con la Municipalidad cómo iban a ser los futuros cortes. Petrini explicó que “básicamente había un corte total de tránsito peatonal que iba a terminar de fundir a los vecinos que están cerquita de donde fue el derrumbe, porque había una valla de contención de escombros y de cartelería de obra pública que prácticamente ocupaba toda la vereda. Entonces, sumado a la obra del bulevar, iba a impedir que la gente pudiera pasar por ese lugar. Los vecinos de la cuadra iban a ver entorpecido totalmente su trabajo. No solo cortaba el tránsito vehicular sino también el peatonal, porque la valla llegaba casi hasta el cordón de la vereda; sumada a la obra del bulevar, que necesita como tres metros de vereda, iba a ser imposible el tránsito. Con tribunales verificando que no hubiera injerencia, tribunales nos dio la vía libre. Entonces, como la obra está en manos de la Municipalidad, fuimos a la Municipalidad e hicimos toda la secuencia; hasta la asesoría nos atendió con muy buena onda, nos atendieron muy bien, y corrieron las vallas para evitar esto, porque la obra teóricamente esta semana ya tenía que estar en esta cuadra.”
A Petrini también le llama la atención que “la obra, es raro, dio la vuelta; ahora llegó hasta la calle Corro y en lugar de continuar, dio la vuelta y empieza a cortar el tránsito desde Corro hacia el oeste, hacia Alberdi.”
Luego le preguntamos por el tránsito peatonal por esa especie de corredor —eso es como un callejón de noche, muy peligroso— ¿cómo le llaman ustedes? Le consultamos sobre ese sector entre las vallas, las medias sombras y las paredes de casas y edificios de la zona, y Petrini nos dijo que le denominan “túnel negro, directamente; no tiene otra. Vos caminás por ahí y no hay luminaria: el alumbrado público no llega hasta ahí, solamente ilumina la calle. La valla negra, que es una media sombra puesta para contener la obra, hace que los vecinos que caminan por ahí no vean nada.”
“Otro trámite que hemos realizado con la empresa constructora y la Municipalidad es hacerles ver —porque ellos no se dan cuenta hasta que uno se los dice— que pongan luces; con poner seis o siete proyectores por cuadra, es suficiente; es una cuadra o dos cuadras, no es tanta plata”, describió la situación que se genera: de noche es como un callejón sin salida y, además, debe estar muy oscuro ahí, pegado a los edificios.
Los vecinos que se acercan a su Centro Vecinal
Le pedimos al vecino entrevistado que describiera el accionar del Centro Vecinal porque están visitando a los habitantes de la zona para reunir datos y para que entre todos puedan acompañar esta obra de la bulevarización. Petrini nos manifestó que “les pediría, yo como vecino: soy comerciante, tengo un negocio aquí a la vuelta, donde los vecinos nos pueden ubicar en calle Montevideo 542. Yo soy parte del Centro Vecinal, por una cuestión de cercanía, y si no, pueden acercarse hasta la ex cárcel de Güemes, el Paseo Güemes, donde se ha abierto una oficina del Centro Vecinal, sobre calle Ayacucho, atrás de la cárcel; de martes a jueves, de 18:30 a 20:30, allí se pueden asesorar. Coordinamos una visita y los vamos a ver. Hay un Centro Vecinal activo, muy activo en el barrio Güemes en este momento; la gente no lo sabe. Aprovechamos esto para comentárselo, porque es muy importante.”
Los vecinos están preocupados para lograr que las obras se realicen sin tantos efectos ni consecuencias negativas. Por eso es importante la labor de los centros vecinales —en este caso, el del barrio Güemes— para acompañar la bulevarización, brindar mayor seguridad y ayudar a que los vecinos puedan sortear las dificultades por la baja de las ventas, por ejemplo, con exenciones impositivas y otras medidas sobre las que ya ha tomado cartas en el asunto la Municipalidad de Córdoba.