Córdoba

Anfield: con un latido final, el Liverpool derrotó al Atlético de Madrid

El Liverpool ha convertido los minutos finales de sus partidos en un verdadero sello distintivo de su comienzo de temporada, desatando festejos agónicos para asegurar la victoria en cada compromiso. Con un historial invicto de cinco partidos entre la Champions League y la Premier League, los “Reds” están demostrando una actitud y fortaleza notables. Este arranque ideal se produce en un contexto de reorganización del plantel y tras la sensible pérdida de Diogo Jota, un golpe que caló hondo en el espíritu del grupo. Sin embargo, el equipo ha sabido sobrellevar el dolor y el sufrimiento, acostumbrado a convivir tanto con el éxtasis y la gloria como con el drama y la tragedia.

LOS REDS VENCIERON AL COLCHONERO SOBRE LA HORA EN UN PARTIDAZO | Liverpool 3-2 Atl. Madrid | RESUMEN

Esta característica se hizo evidente en su debut en la Champions League contra el Atlético de Madrid. El partido en Anfield se definió con un agónico gol de cabeza de Virgil van Dijk, que selló el 3-2 a favor del Liverpool. El desahogo tras la estocada del neerlandés y la posterior expulsión del entrenador rival, Diego Simeone, resumieron la intensidad del encuentro. Van Dijk mismo reflexionó sobre los vaivenes en el desarrollo de los partidos, afirmando: “Se trata de insistir. No nos gusta tanto esto, nos gusta dominar los partidos, pero es un proceso en el que trabajamos y nos lleva tiempo”.

El desarrollo de este partido en Anfield replicó escenarios vividos en la Premier League, donde el Liverpool primero sufrió para después gozar. Frente al Atlético, los “Reds” tomaron una ventaja de dos goles en solo seis minutos con una carambola que rebotó en Andy Robertson y una maravillosa definición de Mohamed Salah. Tuvieron múltiples oportunidades para sentenciar el marcador mucho antes, pero el poste, malas decisiones y pases de más dieron oxígeno al equipo español.

El Atlético de Madrid, aunque no camina firme en su liga (ganando solo uno de cuatro partidos), demostró su orgullo y esfuerzo. El plan de Simeone de cerrar espacios se vio desarticulado en esos seis minutos iniciales. Sin embargo, el polifuncional Marcos Llorente tuvo una jornada inspirada, acortando distancias con un gol asistido por el taco de Alexis Mac Allister, que desvió la pelota y dejó fuera de acción al arquero Alisson para el 2-2. Mac Allister había ingresado en el segundo tiempo, ya que el DT Arne Slot lo protegió después de un golpe recibido en el partido anterior contra Burnley. Aunque en otra ocasión los goles de Llorente valieron un pasaje a cuartos de final, esta vez no fueron suficientes para rescatar un punto.

El dramatismo del encuentro también se manifestó en la figura de Diego Simeone. Después de expresar felicidad por cómo su equipo, de menor valoración económica, compitió, el “Cholo” perdió los estribos ante la celebración desmesurada, gestos obscenos y de desprecio que recibió de un simpatizante del Liverpool. Simeone, que ya había recibido una tarjeta amarilla por protestar, fue expulsado por reaccionar a esta agresión. El técnico argentino se defendió argumentando que “no es fácil recibir insultos todo el partido. Vino el tercer gol y, además de los insultos, hubo un gesto y soy una persona”. A pesar de la derrota y las ausencias importantes como las de Julián Álvarez y Thiago Almada, Simeone destacó que su equipo fue capaz de “pelear” y “llevar el partido al límite”, concluyendo: “Si tenemos que perder, que perdamos así”. Su reacción podría costarle un partido de suspensión.

Mientras el director técnico argentino se dirigía a los vestuarios, el Liverpool encendía la fiesta, sumando una nueva página a su libro de partidos con finales sin tregua. Este patrón de victorias agónicas no es nuevo: ante el Newcastle, un juvenil de 17 años, Rio Ngmuohar (Río Ngmuoha en la versión original), convirtió en el minuto 10 del tiempo agregado para un 3-2; Dominik Szoboszlai selló el 1-0 contra el Arsenal con un tiro libre a los 38 minutos del segundo tiempo; y Mohamed Salah, de penal en el quinto minuto adicional, marcó para superar 1-0 a Burnley.

Anfield se consolida como un lugar singular, un epicentro de múltiples historias con la tradicional tribuna “The Kop” como eje de emociones y recuerdos. La Champions League volvió a encender esa llama, y aunque el Atlético de Madrid se marchó herido, descubrió que con el espíritu y el sacrificio que exige su entrenador, puede disimular la ausencia de una billetera generosa para captar a los jugadores de mayor brillo y precio.

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