Córdoba

La contradicción de no invertir en educación, aunque sea rentable económicamente

La sociedad argentina asistió horas atrás a una nueva demostración del notable sentido de pertenencia que tiene hacia la educación pública.

Las multitudinarias manifestaciones que se realizaron en distintas ciudades del país en torno a la Tercera Marcha Federal Universitaria dejaron en claro la convicción de la mayoría de los argentinos y argentinas de que el apego por la educación pública es un bien que no se negocia.

Así lo marca la historia; ejemplos sobran. Quizás uno de los más recordados sea aquel que ocurrió el 10 de diciembre de 1997, hace casi 28 años, cuando el mundo del rock le puso el cuerpo a la legendaria “Carpa Blanca” que el personal docente instaló durante más de mil días en la Plaza Congreso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en protesta por los recortes presupuestarios llevados adelante por el entonces presidente Carlos Saúl Menem.

Con guardapolvo blanco y frente a más de 40.000 personas, el Flaco Spinetta resumió aquella noche el sentimiento que aún hoy nos embarga a todos: «Estas canciones son símbolo de la lucha más importante que tenemos, la educación del país».

Sin respuestas

Aunque con distintos actores, en Argentina la historia se repite una y otra vez.

La coyuntura actual indica que, frente al 280% de inflación que nos golpea desde diciembre de 2023, los presupuestos universitarios, en especial aquellos que determinan el sueldo de los docentes, están virtualmente paralizados.

Ahora bien, la pregunta que nadie termina de responder es: ¿no hay otra manera de sostener el déficit cero sin tocar la educación pública?

En ese sentido, desde el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) se publicó días pasados un informe donde se deja en evidencia el grave error que significa no invertir en educación.

IDESA – Instituto de investigación on Instagram: "📉 Argentina sigue buscando su “salvación” en el litio, Vaca Muerta o el agro. 💡Pero la evidencia es clara: el verdadero motor del desarrollo es la educación. 👉 El capital humano explica 2/3 de la riqueza global. 👉 Un trabajador con educación terciaria gana en promedio 63% más en Argentina. 👉 La calidad educativa puede impulsar el crecimiento del país más que cualquier recurso natural. El problema: nuestra educación está en crisis. • 83% de los chicos de primaria no alcanza el nivel mínimo en matemática. • 7 de cada 10 adolescentes no llegan al nivel básico en matemática en PISA. • Solo 19% de los jóvenes accede a estudios terciarios o universitarios (vs 48% en la OCDE). ⚠️ Sin educación, no hay productividad. Sin productividad, no hay desarrollo. Argentina no necesita solo litio o petróleo. Argentina necesita cerebros preparados. ✍️ ¿Coincidís que la verdadera riqueza está en la educación? #educacion #argentina🇦🇷 #economia #idesa"

La conclusión a la que llega el trabajo es lapidaria: «El capital humano es el principal motor de desarrollo de un país». A nivel mundial, sostiene, «representa cerca de dos tercios de la riqueza global. Es decir, la educación y la acumulación de competencias son los factores más directamente asociados con la productividad y el crecimiento sostenido».

Motor de desarrollo

Para el centro de estudios especializado en la temática del mercado laboral argentino, «la educación no es solo un derecho: es el factor más potente para mejorar ingresos, productividad y movilidad social».

Destaca, por ejemplo, que «en los 38 países que forman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un trabajador con educación terciaria gana un 54% más que uno que solo terminó la secundaria. En Argentina, esa brecha alcanza el 63%».

Incluso si la mirada fuera netamente económica, la pregunta de por qué no se invierte en educación sigue sin una respuesta entendible y razonable, más aún luego de revisar los diversos estudios que ha hecho el Banco Mundial sobre qué resultados otorga a un país invertir en educación.

«Un aumento de un año en el promedio de educación superior en la población puede elevar la tasa de crecimiento del PBI per cápita en 0,24 puntos porcentuales».

Además, no solo importan los años de educación sino la calidad educativa. Algunas investigaciones muestran, por ejemplo, que un aumento del 1% en la calidad del aprendizaje puede traducirse en hasta un 2,8% más de crecimiento anual.

Deterioro

Destaca el informe de IDESA que la educación en Argentina sufre un deterioro desde hace años, ya que, si bien la cobertura es alta, muchos indicadores, sobre todo de calidad educativa, exponen deficiencias profundas en cada etapa del recorrido educativo.

Para finalizar, plantea que si bien el litio, Vaca Muerta o el agro pueden ser motores de crecimiento, por sí solos no alcanzan, ya que sus beneficios tampoco garantizan una distribución justa.

«Para que esas riquezas se traduzcan en desarrollo real y compartido, el país necesita una fuerza laboral preparada. Eso implica una estrategia concreta para fortalecer el capital humano, o sea, reforzar la educación en todos sus niveles».

En definitiva, Argentina debe dejar de pensar que la salvación vendrá de un sector estratégico en particular y reconocer que el verdadero potencial de desarrollo está en la educación.

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