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Vómito, referencias a Loan y frialdad extrema: el escape de Pablo Laurta a Entre Ríos

El chofer del taxi que llevó a Pablo Laurta y a su hijo de 5 años, secuestrado tras el doble femicidio de su madre y su abuela en Córdoba, dio detalles del viaje de ocho horas que compartió sin que lo pararan en ningún control policial hasta la localidad entrerriana de Gualeguaychú.

Laurta llegó hasta la Terminal de Córdoba después de asesinar a su expareja y su exsuegra en barrio Villa Serrana. Allí llamó al taxi que lo pasó a buscar para llevarlo hasta Entre Ríos con la intención de escapar en lancha a Uruguay.

Doble femicidio en Córdoba: habló el taxista que llevó a Laurta hasta Gualeguaychú

Uno de los detalles que recordó el chofer fue la referencia que Laurta hizo sobre Loan, el pequeño desaparecido en Corrientes en julio del 2024.

"Viste que en muchas rutas desaparecen niños y viste lo que pasó, que loco lo de Loan", fue la frase que el femicida le dijo al taxista mientras su hijo de cinco años los acompañaba pálido y con fuertes mareos.

El conductor del taxi intentó evitar la charla y le respondió: "No lo seguí mucho porque no veo noticias, la verdad que no estoy al tanto", fue su respuesta.

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La primera parada que tuvieron fue en una estación de servicio en Arroyito, donde Laurta se bañó y se perfumó para sacarse el olor nauseabundo que llevaba. Además le compró una golosina a su hijo.

En medio del viaje hacia Entre Ríos, el pequeño comenzó a sentirse mal y llegó a vomitar adentro del auto. Al ver eso, el taxista le dijo a Laurta que podían desviarse para llevarlo hasta un hospital porque lo veía con fiebre.

Sin embargo el cónsul de la organización Varones Unidos se negó y le indicó por donde debían seguir para llegar a su destino.

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Ante esa negativa, el taxista aceptó que el niño que ahora se encuentra bajo custodia de la SENAF se desabrochara el cinturón de seguridad.

Kilómetros antes de llegar a la entrada de Entre Ríos, el taxista le advirtió a Laurta que le volviera a poner el cinturón de seguridad a su hijo porque podían pasar por un control de Gendarmería. Lejos de alterarse o ponerse nervioso, el femicida asintió con frialdad.

"Si nos hubiesen parado en un control hubiera saltado que el niño no tenía DNI", comentó el taxista.

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