Orgullo y proyección: el balance de la Sub 20 en el Mundial de Chile
Diego Placente, entrenador del seleccionado argentino Sub 20, manifestó sentirse "orgulloso" de sus dirigidos pese a la derrota sufrida ante Marruecos en la final del Mundial juvenil que tuvo lugar en Chile. El seleccionador aseguró que los futbolistas "son futbolistas con proyección" para integrar el elenco nacional de mayores.
El plantel albiceleste, que cayó 2-0 ante los africanos con dos goles de Yassir Zabiri en el primer tiempo, fue ampliamente elogiado por Placente. El técnico señaló que los jóvenes hicieron "un torneo increíble" y destacó especialmente la actitud que tuvieron. A pesar de la tristeza natural por no conseguir el título, Placente enfatizó la importancia de "aceptar las derrotas" y sostuvo que es crucial apoyarlos en este momento.
Un equipo a la altura de la competencia
Placente subrayó que el equipo "volvió a dejar a Argentina en la final de un Mundial juvenil" y se mostró "contento" con el rendimiento general de los jugadores y el torneo realizado. Lograr armar un gran grupo en poco tiempo fue uno de los aspectos más disfrutados, generando una dinámica de "gran familia".
"Se va a extrañar a esta camada, porque uno realmente siente orgullo al conocer de chicos a estos jugadores", aseveró el entrenador, quien presenció cómo el equipo fue creciendo y ganó solidez a lo largo de la competencia.
Si bien el objetivo principal era "ser campeones", Placente consideró que el hecho de "competir hasta el último día es muy importante", y concluyó que el equipo "estuvo a la altura".
Análisis de la final
En cuanto al partido definitorio contra Marruecos, Placente reconoció que los nervios y un error inicial complicaron el desarrollo del juego, costando el primer gol. El entrenador fue claro al afirmar que Marruecos fue un "justo campeón".
La dificultad para remontar el resultado se debió, en parte, a las cualidades del rival, que es física y técnicamente muy bueno y que, al ponerse en ventaja, se posicionó bien atrás para salir de contragolpe. Al momento en que Argentina logró "meterse en partido", el marcador ya indicaba un 2-0 en contra.