Urcía: «Trump dejó una buena noticia para la ganadería y la industria argentinas»
Donald Trump sorprendió al gobierno argentino al reconocer que Estados Unidos podría avanzar en la "compra de carne a nuestro país, en el marco de un acuerdo amplio con la gestión de Javier Milei". Uno de los dirigentes de la industria cárnica, Daniel Urcía (presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas, FIFRA) calificó a la "posible ampliación del cupo o la cuota de exportación de carne argentina a Estados Unidos con aranceles reducidos" como una muy buena noticia. Reveló además que este "ha sido un tema prioritario en la agenda del sector privado de ganados y carnes de Argentina durante mucho tiempo". Según explicó, esta iniciativa estuvo en la agenda internacional definida por el IPCVA, Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, junto a la gente de Agricultura, el Senasa, el Ministerio de Economía con Juan Paso como líder del tema carnes, y la excanciller Mondino al inicio de la gestión del presidente Milei.
La referencia del presidente Trump a este tema indica que ha sido analizado y que la coyuntura política actual le facilita realizar este tipo de concesiones para Argentina. "Esta apertura se produce en un momento donde los precios internos en Estados Unidos están en un récord histórico tanto para la hacienda como para la carcasa, superando los U$S 8,50, mientras que en el resto del mundo la producción oscila entre 5 y 6 dólares por carcasa", explicó Urcía.
El escenario arancelario actual
Actualmente, Argentina posee una cuota de 20.000 toneladas que goza de aranceles reducidos. Cualquier exportación que exceda este volumen enfrenta un piso arancelario del 36%. Por eso, para Daniel Urcía, "toda ampliación de la cuota existente representará un beneficio arancelario y consolidará los precios de la hacienda argentina, que ya son buenos gracias a los valores de exportación a mercados como Estados Unidos, Europa e Israel. Estas exportaciones inciden específicamente sobre el novillo, el novillito y la vaquillona pesada".
Según Urcía, "aunque el volumen que Argentina puede exportar a Estados Unidos no mueve el amperímetro en el mercado norteamericano, la noticia es vista como una 'excelente alternativa' para Argentina". Consideró que la propuesta puede generar fricciones internas: si bien el mensaje parece estar dirigido al consumidor americano, es entendible que a los farmers (productores americanos de excelente calidad) no les agrade que otro país productor de carne de excelencia como Argentina venda allí. Esto podría generar rechazo por parte de las organizaciones de productores americanos, afectando más su orgullo que provocando un real daño económico.
La clave para la inversión y el crecimiento
Para el sector ganadero argentino, mejorar los acuerdos arancelarios con todos los destinos es vital, ya que brinda certeza para el futuro y atrae inversiones tanto privadas como externas. Para el presidente de FIFRA, "la inversión en ganadería es significativa: para crecer en un millón de terneros de producción anual, se necesita una inversión de mil millones de dólares, destinados a un millón de vaquillonas que serán las futuras madres".
Por eso, para Urcía, el anuncio de Trump es una muy buena noticia: "el futuro es promisorio, porque se alienta la inversión privada, sin depender necesariamente de créditos o políticas estatales, las cuales fueron inexistentes en los últimos 30 años. Esta falta de seguridad y las distintas intervenciones de gobiernos pasados son la razón por la que Brasil cuadruplicó su stock ganadero en 45 años, mientras que Argentina hoy tiene un stock menor al que poseía hace cuatro décadas".
La lectura que realizan desde la industria es que para que haya crecimiento de la producción cárnica se necesita un ambiente de negocio seguro y la tranquilidad para los inversores y productores de que no habrá prohibiciones en la comercialización de carnes. Consolidar los mercados internacionales y mejorar las posibilidades de acceso con inferiores aranceles es la "zanahoria" que necesita el productor para decidirse a invertir.
Consultado sobre la disponibilidad de animales para incrementar una cuota de exportación a Estados Unidos, Urcía dijo que "el crecimiento del stock o de la producción de carnes bovinas es un proceso biológico, con una demora entre tres a cuatro años. Si bien el mercado interno está muy bien abastecido, con un consumo per cápita que supera los 50 kilos de carne vacuna por habitante al año (y más de 110 kilos incluyendo pollo y cerdo, ubicando a Argentina entre los tres primeros puestos mundiales de consumo), afianzar los mercados internacionales es la mejor vía para impulsar una mayor producción a largo plazo".