Conflagración: una tragedia travesti que sacude la escena cordobesa
Durante tres únicas funciones tendremos la oportunidad de ver esta obra protagonizada por el elenco transerrado Las Carmelitas, presentando: “Conflagración. Una tragedia travesti”.
Sábados 1 y 8 y domingo 2 de noviembre a las 21 h en Teatro María Castaña, Tucumán 260. Reservas: 351 811 7130 a 17.000 pesos. En sala: 20.000 pesos.
Dos travestis hermanadas por la supervivencia se despiden al borde del afecto y la ira. Una elige quemar todo lo vivido; la otra, amarrarse al pasado. Esta conflagración convoca un ritual trágico de memoria y renacimiento.
Conflagración. Una tragedia travesti es una creación de Guillermo De Santis
Coautoría: Gemma Lucía Rizzo, Carmín Lupe y David Piccotto.
Actúan: Gemma Lucía Rizzo, Carmín Lupe.
Diseño escenográfico y realización: Ariel Merlo, María José Albó.
Diseño lumínico: Cecilia Astini.
Diseño sonoro: Jorge Fernández.
Diseño de vestuario y realización: Mimí Luz Argüello Lobo.
Escribe y reescribe: Guillermo De Santis.
Operación técnica: Manuel Sáenz – Anika Rigger.
Dirección: David Piccotto.
Conflagración: una tragedia travesti irrumpe en la escena cordobesa.
Cuando una travesti sube al escenario, no solo actúa: resiste. No solo representa: reescribe su historia, con cada gesto, con cada palabra robada al lenguaje que la negó. Cada movimiento es una reivindicación, cada silencio un acto de desafío.
Una creación en conjunto:
El grupo teatral traslaserrano Las Carmelitas, junto al dramaturgo Guillermo De Santis y el director David Piccotto, estrenan Conflagración. Una tragedia travesti, que dialoga con la tragedia clásica desde cuerpos e identidades disidentes. Enfrentamiento, destino y catarsis confluyen en una pieza que busca perturbar y emocionar al espectador.
Crear un espectáculo nunca es un camino lineal; empieza mucho antes de los ensayos. Conflagración nació de encuentros casuales entre Las Carmelitas (Gemma Lucía Rizzo y Carmín Lupe) y David Piccotto. Lo que comenzó con comidas compartidas y amistades en común terminó derivando en una alianza artística que hoy se concreta en esta obra: Conflagración. Una tragedia travesti.
Para perturbar…
Escribir y poner en escena una tragedia hoy implica adentrarse en los pliegues del alma y del cuerpo de las intérpretes, del director, de todo el equipo creativo y, sobre todo, de los espectadores. Se trata de tocar esos puntos en reposo y moverlos a través de la emoción, con un desplazamiento que nunca es cómodo ni pacífico. Perturbar la expectación es, desde sus orígenes, el fin de la tragedia.
Ficción y realidad…
Este movimiento se pone de relieve en la puesta: actrices atravesadas por llantos y risas, entre golpes, caídas de escenografía, cantos y recitados, desatan un caos cargado de emociones y poesía que habitan en la frontera difusa entre ficción y verdad.
El texto propone un vaivén constante entre ira y afecto, apego y separación. En el centro, dos compañeras que compartieron gran parte de su vida enfrentan una ruptura: una ha llegado al límite, al techo de lo soportable, y decide marcharse. Ese exilio voluntario aparece como aventura, desafío e intento vital.
Trágica y poética
En Conflagración: Una tragedia travesti se representa el vínculo intenso y contradictorio entre dos compañeras travestis que han compartido gran parte de su vida juntas. La trama avanza en un vaivén entre el amor y la furia, la complicidad y la distancia, hasta que una de ellas decide romper con ese lazo al sentir que ha llegado a un límite insostenible. La estructura en escenas, coros y un poema final refuerza el carácter trágico y poético de la obra, donde la separación se vuelve tanto un acto de dolor como de libertad, exponiendo las tensiones entre apego, identidad y deseo de transformación.