Pasadas las elecciones legislativas, y tras casi una semana de conjeturas y análisis de cómo y por qué se dieron los resultados que se dieron, el Gobierno aprovechó el envión anímico y comenzó a diseñar una hoja de ruta respecto de la Argentina que se viene; o al menos de la Argentina que desde el Poder Ejecutivo se imaginan que se viene.
Lo primero que hizo el presidente Javier Milei, incluso la misma noche del domingo 26 de octubre, fue convocar a (casi todos) los gobernadores para reimpulsar aquel fallido Pacto de Mayo, que parecía destinado al ostracismo y que ahora los libertarios desempolvaron al calor de las urnas teñidas de violeta.
Rápido de reflejos, el Presidente no perdió tiempo y en la última semana de octubre comenzó a reimpulsar el Pacto de Mayo reuniendo a (casi todos) los gobernadores que de un modo u otro le fueron afines desde que inició su gestión.
Los únicos que “literalmente” no recibieron la invitación de ir a la Casa Rosada fueron los (pocos) que aún están alineados al núcleo duro del kirchnerismo, empezando por el bonaerense Axel Kicillof, quien paradójicamente parece estar cada vez más lejos de Cristina Fernández, una de las mentoras de ese espacio político.
Pacto de Mayo, en octubre
Aunque desde el Gobierno se esforzaron en aclarar que “no hay ningún documento cerrado ni consensuado” respecto de la tan mentada reforma laboral que impulsa, es un secreto a voces que en la reunión de la Rosada el presidente Javier Milei les pidió a (casi todos) los gobernadores que le presten su apoyo legislativo para la aprobación de la primera norma que impulsará en la segunda parte de su mandato.
Si bien ese es un tema que les preocupa a los gobernadores, o al menos que debería de preocuparles, lo cierto es que sus principales inquietudes pasan por otro lado: cómo administrar sus provincias con los pocos/escasos recursos girados por la Nación.
Lógicamente, en el cónclave esto también se puso sobre la mesa y pareciera existir un principio de acuerdo para que, por primera vez desde que es presidente, Javier Milei se decida a gobernar con un presupuesto aprobado por el Congreso, razón por la cual desde el Ejecutivo estarían pensando en tomar algunas de las exigencias de los mandatarios provinciales.
Nuevo esquema
Fue así que al hablar del próximo/primer presupuesto del actual Gobierno surgió otro de los objetivos que se planeta La Libertad Avanza (LLA) para esta nueva etapa: una profunda reforma tributaria, que tendría un nuevo impuesto llamado Súper IVA como figurita estrella.
El tema no es nuevo. Hace meses trascendió que la idea en el Ministerio de Economía sería dividir el Impuesto al Valor Agregado en dos: un 9% se quedaría en la administración nacional y un 12% sería administrado directamente por las provincias y cada gobernador podría mantenerlo o reducirlo de acuerdo a su propia política fiscal.
La moneda de cambio siempre sería la eliminación por completo de los impuestos provinciales (Ingresos Brutos) y municipales (tasas).
Lo cierto es que no han trascendido mayores precisiones oficiales, aunque sí hubo quienes esperaron el mejor momento (post elecciones) para volver a anotarse entre los hacedores del proyecto.
Por ejemplo, la Fundación Mediterránea, que el lunes posterior al cierre de urnas reflotó el tema a través de la palabra autorizada del actual presidente del Instituto de Estudios Económicos Sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), el cordobés Osvaldo Giordano, quien a través de una nota en Perfil y de varios posteos en su cuenta de X expuso que el otrora organismo capitaneado por Domingo Cavallo tiene cosas para aportar.
“El ejemplo más ilustrativo y representativo se da con los impuestos a las ventas. El Súper IVA es una manera de avanzar rápidamente en la eliminación de Ingresos Brutos y de las tasas municipales sobre las ventas sin perder ingresos fiscales”, argumentó el efímero extitular de la Anses.
La iniciativa del también ex titular de la Caja de Jubilaciones de la Provincia de crear un “súper IVA” tendría algunas coincidencias con la reciente reforma tributaria de Brasil.
El economista cordobés destaca también que “Entre los impuestos que más recaudan están los peores. Entre cheque, retenciones, ingresos brutos, sellos y tasas municipales se recauda 8% del PBI, más de un cuarto de los ingresos totales del Estado”.
Eso sí, la implementación del Súper IVA demandaría un consenso difícil de alcanzar con los gobernadores y requeriría, vía Congreso, una modificación a la Ley de Coparticipación Federal
Uno de los temas en discordia sería que la recaudación del nuevo impuesto quedaría en manos de Nación, quien luego debería distribuir esos fondos a las provincias.
Según datos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), solo seis tributos concentran el 83% de la recaudación nacional.
Entre ellos está el IVA, que representa el 32,8% de los ingresos totales.
En esta nueva etapa de la Argentina, que por lo visto ya arrancó sin esperar a la nueva conformación del Congreso, luego de la controvertida Reforma Laboral vendría la Tributaria, y habrá que estar atentos para ver qué biblioteca se tiene en cuenta para su implementación y cómo el Gobierno consigue el consenso necesario para avanzar en el Congreso, aunque luego de las últimas elecciones legislativas parece tener el camino bastante más allanado.
