Córdoba

La calma antes del conflicto: soberanía, crisis y el desafío de construir una nueva mayoría

La política argentina atraviesa un momento de aparente calma que esconde una profunda tensión social. El gobierno de Javier Milei, en nombre de una presunta estabilización económica, ha aceptado una inédita subordinación a los Estados Unidos, sacrificando soberanía a cambio de respaldo financiero y legitimidad internacional.

Detrás del discurso del “orden y la eficiencia” se consolida un modelo de disciplinamiento social que busca naturalizar el ajuste como destino inevitable.

La sociedad, sin embargo, no vota solo con el bolsillo. En tiempos de crisis, lo afectivo y lo político se entrelazan: la esperanza, el enojo o el miedo pesan tanto como la economía.

El voto a Milei encierra una mezcla de rechazo al pasado kirchnerista y deseo de ruptura con un sistema que perciben agotado. Pero esa promesa de cambio ya muestra su desgaste: sin euforia popular y con una merma significativa de apoyo electoral, el oficialismo gobierna sobre una base frágil.

Hoy el desafío no es entender por qué ganó Milei, sino quién podrá construir una alternativa capaz de ganarle. No se trata solo de nombres ni de coaliciones, sino de elaborar un nuevo programa nacional que recupere la soberanía, revalorice el trabajo y devuelva sentido al Estado como herramienta de justicia social.

La tarea es enorme pero ineludible: reconstruir una mayoría democrática que defienda la patria sin resignarla a los mercados. Porque la paz que vivimos —esa calma tensa de los días posteriores al ajuste— puede ser apenas el preludio de la próxima tormenta.

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