Horas antes del encuentro entre Independiente y Rosario Central por la fecha 16 del Torneo Clausura, un amplio despliegue policial terminó con la detención de Pablo “Bebote” Álvarez y más de 200 integrantes de la barra brava del club. El procedimiento se llevó a cabo en la zona de los Siete Puentes, uno de los accesos habituales al estadio Libertadores de América – Ricardo Bochini.
Álvarez había anunciado públicamente su intención de regresar a la tribuna junto a su facción, conocida como Los Diablos Rojos. En redes sociales, aseguró que buscaba recuperar su lugar en el estadio, un sector que habían perdido en medio de disputas internas. Sin embargo, la Policía Bonaerense interceptó al grupo antes de que pudiera avanzar hacia la tribuna Miguel Santoro baja.
Según fuentes policiales, a los detenidos se les aplicó el artículo 5 de la Ley del Deporte, que sanciona la instigación o promoción de grupos violentos en espectáculos deportivos. La imputación inicial fue por intimidación pública y promoción del desorden, por lo que fueron trasladados a la Comisaría N°1 de Avellaneda.
La Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) había detectado durante la semana más de 150 actualizaciones de carnets en la sede social del club. La maniobra generó sospechas de que podía tratarse de un intento de habilitar ingresos vinculados a la facción de Álvarez. Ante el pedido de información, el club no envió los datos requeridos.
El informe policial detalla que el grupo liderado por “Bebote” llegó hasta el acceso de los Siete Puentes con banderas, tirantes, bombos, paraguas de tribuna y otros elementos que fueron secuestrados durante el operativo. La presencia de la facción generó un refuerzo del dispositivo de seguridad: se pasó de 450 a 570 efectivos para evitar posibles enfrentamientos con el sector oficial, que no pudo ingresar debido a la intervención preventiva de otra comisión policial.
La investigación apunta a que durante la semana previa se viralizaron mensajes y videos que incitaban al conflicto interno. Frente a la posibilidad de un choque entre grupos antagónicos, la UFI 4 recaratuló la causa y ordenó la detención de los principales referentes de Los Diablos Rojos, entre ellos Álvarez y sus lugartenientes Alejandro “Terremoto” Caiño y Lucas Gauto.
El operativo permitió desactivar un escenario considerado de alto riesgo en la previa del encuentro, garantizando el desarrollo del espectáculo deportivo sin incidentes mayores.