Quién era Alejandro Frangioli, el piloto que falleció durante una competencia en el autódromo de La Plata
El automovilismo argentino continúa conmovido tras la muerte de Alejandro Frangioli, ocurrida el sábado en el Autódromo Roberto José Mouras de La Plata. El piloto, de 66 años, participaba de la clasificación de la Clase 2 del Turismo Internacional cuando sufrió una descompensación en el giro final. A bordo de su Ford Fiesta, perdió el control del vehículo y se detuvo al costado de la pista. A pesar de la intervención inmediata de los equipos médicos y las maniobras de reanimación, no pudo ser reanimado. El deceso fue atribuido a causas naturales.
Frangioli tenía antecedentes cardíacos. Su yerno, Guillermo Quiroga, confirmó que había atravesado un paro cardíaco tiempo atrás y contaba con tres stents coronarios, además de seguir un tratamiento médico. Por ese cuadro preexistente, la Policía caratuló el caso como “averiguación de causales de muerte”, sin intervención penal.
Más allá del impacto del episodio, la noticia volvió a poner en primer plano la figura de Frangioli, un referente histórico del Turismo Internacional. Nacido en La Plata en 1959 y con fuerte vínculo con la provincia del Chaco, inició su camino en el automovilismo en categorías promocionales como la Copa Corsa y la Monomarca Gol. Desde allí ascendió a divisionales como la Monomarca Kia y el Desafío Fiesta, donde consiguió su primer título nacional en 2004.
Ese mismo año se sumó al Turismo Internacional, categoría en la que consolidó su carrera deportiva. Con un BMW Serie 3 logró los campeonatos de la Clase Súper en 2005, 2006 y 2018, convirtiéndose en uno de los pilotos más exitosos de su historia. Durante más de veinte temporadas mantuvo una participación sostenida, alternando momentos de protagonismo y continuidad competitiva. En 2025 disputaba la Clase 2 y era uno de los aspirantes al campeonato.
Además de su paso por las pistas, Frangioli se desempeñó entre 2012 y 2016 como director del Autódromo Santiago “Yaco” Guarnieri de Chaco, rol que complementó con su actividad privada en el sector del transporte. La ACTC lo definió como “un entusiasta del automovilismo deportivo desde siempre”, destacando su trayectoria y su aporte a las categorías donde compitió.