River Plate cerró su participación en el Torneo Clausura con una derrota 3-2 ante Racing en Avellaneda, resultado que no solo lo dejó sin chances en la competencia, sino que también lo obligó a mirar el panorama continental desde afuera. La caída en los octavos de final eliminó la última vía directa que tenía el equipo de Marcelo Gallardo para acceder a la Copa Libertadores 2026.
El encuentro tuvo un ritmo cambiante: Santiago Solari abrió el marcador para la Academia, Ian Subiabre y Juan Fernando Quintero dieron vuelta el resultado para River, Lucas Martínez Quarta marcó en contra el empate parcial y Gastón Martirena sentenció la clasificación del conjunto de Gustavo Costas en los minutos finales.
Sin la posibilidad de obtener el Clausura, River quedó atado a lo que suceda en la definición del torneo. Su ubicación en el cuarto puesto de la Tabla Anual lo deja en posición expectante: si el campeón es Boca Juniors o Argentinos Juniors, se liberará un cupo que permitirá al club de Núñez acceder al repechaje de la Libertadores 2026.
El escenario tiene un detalle llamativo: para asegurar su presencia continental, River podría necesitar que su máximo rival levante el trofeo del torneo local. Una situación pocas veces vista y que agrega un matiz inesperado al cierre de temporada.
Pero no son los únicos caminos posibles. La reciente consagración de Lanús en la Copa Sudamericana sumó otra combinación favorable: si el Granate también gana el Clausura, generará un nuevo espacio en la clasificación por la Tabla Anual, lo que también beneficiaría al equipo de Gallardo.
La normativa vigente lo establece con claridad. El artículo 27.10 del reglamento de la Liga Profesional determina que, cuando el campeón de la Sudamericana ya ocupa un cupo clasificatorio en la Libertadores por otra vía, su plaza se reasigna automáticamente al siguiente equipo mejor posicionado en la tabla general. Esa ubicación, hoy, le corresponde a River.
El Millonario ya había perdido otras oportunidades luego de quedar eliminado tanto de la Copa Libertadores como de la Copa Argentina. Por eso la Tabla Anual se transformó en la última esperanza. De no darse ninguno de los resultados necesarios, River deberá conformarse con disputar la Copa Sudamericana 2026, lo que marcaría el cierre de un año irregular para la institución.
Históricamente protagonista del certamen continental —que conquistó en 1986, 1996, 2015 y 2018—, River enfrenta ahora un desenlace inesperado: esperar que otros definan su futuro y que, de manera paradójica, hasta un título de Boca pueda convertirse en su mejor aliado para volver al máximo torneo del continente.
